casa Jose Maria, asador en Aranda de Duero

11/11/2025: Esta vez pedimos otra cosa que no sea lechazo,que esta espectacular,el rabo de toro y el entrecot dejo mucho que desear,por lo demás todo perfecto.

10/11/2025: El Lagar de Isilla es una joya gastronómica en el corazón de Aranda del Duero, donde el lechazo asado se convierte en protagonista de una experiencia que mezcla tradición, vino y un toque de magia castellana. En esta ocasión entraré en detalle de cada aspecto del restaurante. Ambiente: un viaje al alma de Castilla Entrar en El Lagar de Isilla es como colarse en una novela de Delibes con decoración de Pinterest. El restaurante está ubicado en la calle más emblemática de Aranda, la Isilla, y su interior es una oda al estilo rústico castellano: vigas de lagar, mesas hechas con trillos, antigüedades que parecen sacadas de un museo etnográfico y una atmósfera que huele a historia y buen vino. Es como cenar en casa de tu abuela, si tu abuela fuera una experta en interiorismo rural y tuviera una bodega de Ribera del Duero bajo el salón. Vino: Ribera del Duero en vena La carta de vinos es un homenaje a la tierra. Puedes degustar casi toda la gama de la D.O. Ribera del Duero, por copas o por botellas, y el personal sabe lo que hace: te recomiendan con pasión y conocimiento, como si cada botella fuera un hijo del que están orgullosos. Y lo están. Porque aquí el vino no acompaña la comida, la corteja. El lechazo: el rey del horno Y ahora, el plato fuerte. El lechazo asado. Aquí no se juega: el horno de leña es el altar donde se sacrifica el cordero lechal para convertirse en una experiencia mística. Crujiente por fuera, jugoso por dentro, con ese sabor profundo que solo da el fuego lento y la paciencia. Servido con ensalada y pan de pueblo, es un plato que no se come, se celebra. Si el lechazo tuviera pasaporte, diría “nacido para triunfar en El Lagar de Isilla”. Carta y cocina: más allá del cordero Aunque el lechazo es la estrella, la carta ofrece una sinfonía de sabores castellanos y mediterráneos: morcilla de Burgos, croquetas caseras, embutidos de la zona, pescados bien tratados y postres que hacen que el “no puedo más” se convierta en “bueno, solo una cucharadita”. Todo con una presentación cuidada pero sin pretensiones, como quien sabe que lo importante es el sabor. Servicio: cercanía con profesionalidad El personal es amable sin empalagar, atento sin agobiar. Te explican, te recomiendan, te sonríen. Y si vas con niños, con suegros o con amigos del tipo “yo solo como quinoa”, sabrán cómo hacer que todos salgan contentos. Reconocimientos y fama: No es casualidad que esté entre los mejores restaurantes de Aranda del Duero. Ha recibido premios como el Travellers’ Choice de Tripadvisor y ha conquistado incluso a medios internacionales como The Guardian, que lo elogió por su lechazo y sus “vinos baratos y deliciosos”