Casa Cirana restaurante en Santander

Comida de muy buena calidad con técnicas y ejecución de alta cocina a un precio razonable, con sabores que logran ponerte la piel de gallina. Se nota que el menú está trabajado, pensado y cuidado al detalle y con cariño. El lugar es muy acogedor y mantiene la esencia de un restaurante de nivel, donde prevalece la comodidad, sencillez, elegancia e intimidad. La atención: un 10. Soy intolerante a la lactosa y pudieron adapatarme prácticamente todos los platos sin perder calidad en el producto y elaboración. Sin duda guardado en mi maps para repetir en cuanto pueda!!

Exquisitos los platos y el servicio. Fuimos cuatro personas, una de ellas con una alergia alimentaria, y nos adaptaron el menú sin problema. Los platos exquisitos, con un sabor rotundo. Un restaurante para disfrutar y repetir, sin duda.

Ya son muchas visitas a este fantástico restaurante. Tomar el menú y dejarse guiar por Diego siempre es un éxito seguro. Sitio imprescindible en Santander.

Una gran sorpresa encontrar sitios como este en Santander en el que el chef rebosa de pasión y realiza una cocina deliciosa con unos fondos muy trabajados y unos productos de primera.

¡FANTÁSTICO!!! Nuestro lugar preferido de Cantabria. Cuando se juntan el saber hacer, el buen gusto, la honestidad, el cuidado por el producto y la elegancia en presentarlo y a todos los niveles, surgen lugares tan tan difíciles de encontrar como Casa Cirana. Qué suerte la nuestra de poder darnos el capricho/lujo de volver y volver, volver, volver… Esta vez volvimos a pedir el menú degustación: a destacar todo! Y para morirse: la picaña, el puerro de Navarra, las alcachofas con kokotxas de bacalao, los judiones con almejas, el cerdo ibérico a baja temperatura y el postre de queso-nata con crema de calabaza. Gracias Diego y equipo por hacer de un jueves un día tremendamente especial. Volveremos!! 😉

Acogedor, todo muy rico, producto temporada con toque, trato excelente. Volveremos! Mil gracias

Ni una pega! Estupenda comida y servicio toda la cocina a la vista fuimos cuatro personas pedimos el menú de degustación y a todos nos pareció innovador y todo riquísimo. Volveremos!

Una comida espectacular, en palabras se queda corto describirla. Su precio vale la pena. Lo recomiendo al 100%

Mejor reservar q hay pocas mesas. Fue a cenar y mi recomendación es pedir el menú. Tienes 3 entrantes y 2 principales. Por supuesto pan y postre incluido. La bebida aparte. Mejor dejarse aconsejar por el chef q te ofrecerá un menú variado y de temporada. Os dejo las fotos para apreciar los platos.

(24-07-2025 21:30) Un pequeño local muy céntrico para apenas 25 comensales, llevado personalmente por un joven pero experimentado cocinero y ayudado en sala por una única camarera. Servicio muy atento y profesional. Carta algo corta pero muy sugerente. Se oferta un menú degustación con tres entrantes, un pescado, una carne y un postre por 50€ tomados de la propia carta (te ofrecen la posibilidad de cambiar platos). Escogimos para tres personas esa última opción: - Terrina de cerdo ibérico con chutney de pera y pepinillo - Zanahoria agridulce, crema de su escabeche y queso de vaca - Remolacha con paraguayo, nata agria, estragón y anchoa - Bonito con pimientos rojos y jugo de manitas - Steak tartar de lomo de Tudanca sobre hojas de cogollo - Cremoso de queso de nata, calabaza, naranja y cítricos Se completó el menú con una ración de bocartes curados 48h en alga kombú y rábano y una panna cotta de leche fresca ahumada con miel de brezo y lavanda. Todos los platos bien elaborados y presentados. Destacaron la terrina, la remolacha y el steak tartar. No llegaron a convencer los bocartes (tamaño reducido) y la panna cotta (la miel de brezo demasiado potente para un postre tan delicado). Para beber: vino chenin blanc del Loira Touche Mitaine 2020 (29€) (oferta de vinos corta pero muy bien seleccionada a buenos precios), una cerveza, un palo cortado Don Zoilo y una botella de agua. Total: 200,50€. En resumen, apuesta muy aconsejable que merece la pena conocer. Lo del joven cocinero es para quitarse el sombrero por su valiente apuesta gastronómica y su predisposición para hacerte pasar una gran velada. Nota: la baja puntuación del ambiente se debe al nivel de ruido molesto percibido en las mesas del nivel superior procedentes del nivel inferior cuando se llena (difícil de resolver).