Bodega de los Secretos en Madrid

Este restaurante se encuentra en una calle lateral ubicada a pocas cuadras del ITC Mora y de la estación de tren de Madrid. Es fácil perderse cuando se busca por la noche. Hay escaleras que te llevan profundamente bajo tierra a cuevas de bodega centenarias. Allí es donde disfrutarás de una gran comida que se cocina a la perfección. Ubicación ****, servicio *****, comida ******, desierto *****, ambiente ******

Espectacular. Se va directo a mi lista de sitios preferidos. El local es precioso, el personal es atento y no te agobian ni te presionan en ningún momento. La comida es una pasada. El pulpo, de 10, los huevos cabreados, riquísimos y el arroz meloso de gamba muy bueno (el chipirón y el pulpo se deshacían en la boca). Pedimos una jarrita de agua sin que nos pusieran pega alguna. Sacaron un aperitivo que era como una cremita de verduras. La ración de pan a 2€ por persona, muy buena. La torrija de postre, la de toda la vida, increíble. Cada mesa está en un recoveco, por lo que las otras mesas no molestan y tienes mucha sensación de privacidad y tranquilidad. Comparten wifi porque ahí abajo no hay cobertura. Como único punto mejorable, los baños tienen una parte de la pared como de cristal ahumado, por lo que "intuyes" a la persona de al lado. Mejor ir con reserva.

La comida bien y buena calidad, aunque normalita. El sitio muy bonito

Lugar genial con historia. En general, fue una experiencia agradable, pero se puede mejorar. El personal realmente encantador y la comida era realmente buena. Comí un plato de arroz con mariscos que estaba bastante bueno, pero mi compañero comió pescado con mantequilla que desearía haber pedido (sin culpa del restaurante). El chico de la mesa de al lado no podía dejar de elogiar el plato de pato. Creo que si hubiera algunas opciones adicionales sería bueno (especialmente si no has comido platos pequeños para empezar), no fue suficiente para estar lleno. Por lo tanto, comimos un postre y uno de chocolate que estaba muy bueno, así que tomé la decisión correcta allí. Ojalá nos hubiéramos sentado en una mesa alcoba en lugar de justo entre 2 mesas, ya que esa es una característica muy vendedora del lugar (había muchas gratis). Un pequeño fallo porque estábamos esperando años para pagar. Preguntamos y finalmente fuimos a la caja para pagar porque estábamos cansados ​​y queríamos regresar a nuestro hotel. Además, para tu información, el pan que traen no es gratis.

Pedimos el menú boutique que te permite disfrutar de 8 platos representativos del menú. La cantidad de cada plato parece escasa, pero cuando terminas el menú compruebas que cada plato tiene la cantidad justa para disfrutarlo y terminar lleno. La calidad de la comida está ajustada al precio pagado. Si vas en coche revisa la normativa de la ZBE ya que se encuentra muy cercana al restaurante. El sitio tiene un encanto por sí mismo que te hará querer repetir.

Cumplidor si quieres estar solo en los pasillos.

Esta bien, correcto la comida y el servicio, pero como no los toco una mesa en cueva privada, teníamos el resto de mesas pegadas y eran de muchos comensales.

Empezando por el servicio, decir que el trato es maravilloso. Nos atendió una chica joven, muy agradable y muy atenta (era nuestro aniversario, y hasta nos trajo un detalle pq había escuchado que cumplíamos anos juntos). En relación a la comida, decir que fue fabulosa. No hay pega alguna. Las berenjenas en tempura, tremendas; las zamburiñas también exquisitas y muy jugosas; y el ceviche un acierto absoluto y el resto de comida que pedimos... Riquísimo! Para más inri, el lugar es precioso. Muy íntimo y acogedor. 100% recomendable

Sitio precioso, trato inmejorable y comida riquísima!

Restaurante perfecto de principio a fin, la decoracion y el ambiente espectacular. El trato es muy bueno, atento y amable. La comida excelente con un producto de 10. El pez mantequilla muy jugoso, el bacalao y el rodaballo muy buenos. Las croquetas de las mejores y los huevos cabreados ideales si te gusta un toque picante. Gran detalle la invitación al cafe y a un chupito por un poco de demora en servir los segundos