Bascoat en Madrid

El restaurante es precioso, con un ambiente íntimo y acogedor. La comida estuvo muy rica pero el precio nos pareció elevado.

Espectacular comida, muy buen trato y buen ambiente. Muy limpio. ¡Volveremos! Los catalanes. Comida espectacular, con buen trato y buen ambiente. Muy limpio. ¡Volveremos! Los Garrochinos

Cocina exquisita con materia prima de primera. Servicio extraordinario. Entre los top 3 restaurantes de Madrid. Ambiente y equipo de primer nivel

Excelente restaurante, elegante, buen servicio y buen producto. Precios un poco altos pero hay que tener en cuenta todos los detalles (producto excelente, ubicación en barrio alto, local lujoso y personal atento).

La amabilidad de todo el equipo que forma Bascoat es alucinante. Nos solucionaron al instante un problema que tuvimos con la reserva y buscaron la mejor alternativa para poder disfrutar de la experiencia y auténtico placer que fue cenar allí. La tartaleta de kiskilla es una obra de arte, la merluza en tempura espectacular. La calidad de la kokotxa superior, solo un pero, para mi gusto, mucha salsa. El precio, quizá un pelín elevado, pero el local, la comida y la atención merecieron la pena. Volveremos.

Nos ha parecido un restaurante con muy buena cocina y un servicio a la altura. Recomiendo la gilda las Kokochas, el cuello y la tabla de quesos.

Disfrute mucho en Bascoat, el trato genial y la comida muy buena, con sabores muy finos y equilibrados! Totalmente recomendable!

Conocer a Rodri desde hace tantos años da perspectiva sobre su evolución como cocinero. Su gran mano nunca ha estado en duda, todo lo contrario. Siempre ha sido capaz de dar el punto exacto y perfecto a cada producto que tocaba. Pero ahora ya no es sólo la mano. Es también la creatividad. Su cabeza, desde la base de la cocina vasca, idea elaboraciones espectaculares en texturas, técnicas, sabores, combinaciones... Y Bascoat es como el patio de su recreo. El lugar perfecto para desarrollar su pasión, para expresarse, para compartir con los comensales su forma de entender la cocina. Un espacio amplio, diáfano, cómodo, espectacularmente diseñado y decorado. Con esa extraña mezcla que destila Euskadi entre tradición y modernidad que te atrapa sin que te des cuenta. Con Nagore forman el tándem perfecto. Gran conocedora de la sala (otro día habrá que volver para verla preparar ese rodaballo delante de los comensales, hoy había otras preferencias), es la perfecta anfitriona para una experiencia de este nivel. El equipo, tanto en sala como en cocina, amplio y muy profesional (aquí no se racanea en plantilla). Todo, absolutamente todo, enfocado a una apuesta valiente, muy personal y creo que brutalmente ejecutada. Espero de verdad que Madrid les haga el hueco que se merecen y que tras este gran comienzo se afiance como referencia fundamental de la cocina vasca en la capital.

Sobresaliente restaurante vasco, innovador y con un gran producto. Ambiente agradable, servicio excelente y comida exquisita. Empezamos con una cortesía en forma de caldo de col, bacon y esfericación de queso. Seguimos con Gilda, Buñuelo de morcilla y Vieira. Segundos con Ravioli de Txangurro, Merluza en tempura, y de postre un sabroso flan. Con el café unos dulces muy apetecibles, también cortesía de la casa. Apunte curioso, el jabón con exfoliante y la crema de manos muy agradables, como han mencionado anteriormente. Detalles que marcan la diferencia y que me han llamado la atención. Como crítica constructiva y por qué no he puesto un cinco en la valoración. Poner dos tajadas de merluza se me antoja un tanto escaso, cuatro sería más correcto.

Restaurante con decoración elegante y ambiente agradable. La atención de la responsable que nos atendió para la petición de los platos no estuvo al nivel esperado. La comida tuvo buen nivel en calidad de producto, originalidad y preparación. Nos gustaron especialmente las gildas, la merluza frita y el txuleton de vaca vieja. El precio es elevado con respecto a la experiencia gastronómica que aporta este restaurante.