Baby Beef Rubaiyat en Madrid

De los mejores restaurantes que he visitado.. el local inmenso y con amplia terraza amueblada con gran estilo. Ambiente acogedor y confortable. La atención, soberbia.. cuidando hasta el último detalle. La carta no muy extensa, pero con platos muy cuidados, de calidad y bien presentados. Una buena elección.

Solo he comido una vez aquí y no descarto volver, ya que el ambiente y su terraza nos han gustado bastante. Éramos una mesa de 10 personas. Hemos pedido algunos entrantes y varias carnes para compartir, saliendo a 90 euros/comensal. Ahí van incluidas 5 copas y dos botellas de vino. En mi caso personal, la cantidad que he comido representa alrededor de un 10 por cien de lo que considero mínimo para decir que he comido bien. No lo digo como algo negativo, está claro que pedimos a la baja, pero creo que -aun habiendo muy buena carne y aunque hubiéramos pedido más- hay una desproporción importante entre la calidad del producto (que es buena) y el precio. Creo que el precio va en otras cosas más que en la cantidad o la calidad de la comida. En lo que respecta al servicio y al personal/atención, todo bastante bien, aunque creo que tienen algo de margen para mejorar. Los baños bastante limpios y las instalaciones muy bien, especialmente su terraza. Resumiendo: buena carne, buena atención y lugar agradable, no mucho más que otros sitios que dan todo eso por algo menos. Es cuestión de gustos. Espero que mi opinión, junto a todas las que hay publicadas, ayuden a mucha gente. Feliz día 🙂

Me gusto mucho el sitio, especialmente la terraza que está muy tranquila y agradable. De la comida, lo único que está REALMENTE bueno es la carne, que es verdad que está espectacular, pero el resto no merece mucho la pena. El restaurante luego es muy caro desde mi punto de vista. Pero en general bien, posiblemente vuelva.

Es un lugar excelente tanto la comida como el ambiente, la decoración un 10

Un clasico que no falla. Servicio de primera. Comida de calidad desde los entrantes hasta obviamente la carne y los acompañamientos. Local y terraza espectaculares.

Divertidisima cena con amigos en la terraza, fresquita, bien iluminada y magnificamente bien atendida. Una noche para el recuerdo!!!

Muy buena comida, no te puedes quejar. Los precios son sorprendentemente más altos de lo que cabría esperar, lo que no es un problema importante, pero se puede asumir con seguridad entre 70 y 100 por cabeza sin vino. El ambiente es bastante agradable y relajado. Es una experiencia agradable. El servicio está realmente por debajo de la media. Casi imposible conseguir que alguien escuche, muy, muy lento. Francamente inaceptable dada la gran prima que cobran por una comida de carne buena pero no "alucinante". ¿Volvería? Bueno. Se me ocurren mejores lugares como Leña. Lástima. Este lugar tiene un buen potencial.

Local grande y acogedor. Tiene una gran terraza. Conviene reservar está bastante a tope. Servicio bastante bien. De la comida, el servicio q ponen solo por sentarte debería ser por persona, ya que el precio es por persona y ponen lo mismo para 3 que para 5 personas. Los conos estaban muy recomendados en los comentarios, ni fu ni fa. Si quieres tratar o atrae mejor pide el plato. El ceviche muy rico, aunque prefiero la leche de tigre original. La bodega extensa pero con precios de estrella michelin. Las carnes: el pollo bien para niños, no hay más para ellos, solomillo muy bien y de buen tamaño, baby gold el mejor relación calidad precio, chuletón de rubia gallega tuvimos que devolver el primero porque vino seco como recalentado, el segundo q nos pusieron bien, pero no marca la diferencia para el precio q tiene. Los postres todos muy ricos, excepto la tarta de queso que a mí no me gustó, pero esto es algo personal. De precio muy alto. No hay aparcacoches.

Buen sitio y con terraza muy agradable.

*Rubaiyat* es prácticamente “infalible”, resulta increíble cómo un local que roza la excelencia en todos los apartados sea el “secreto a voces” mejor guardado de la gastronomía capitalina. Es casi para alegrarse diría. Su público es discreto, uno de esos perfiles de público movido por el “boca/oído” de la información entre clientes y amigos; los “bon vivants” de la mejor gastronomía, sentados a la mesa de un equipo profesional del “savoir faire”. Sin las estridencias de los locales de parecido perfil de “público y cocina” de la urbe madrileña. Acuden gente muy conocedores que ya conocemos la trayectoria existencial del grupo Rubaiyat; alejados y ajenos a tendencias de “influenciers”, “youtubers”, “críticos gastronómicos”, etc. Y sirvo de este preámbulo porque ya han sido varias y diversas ocasiones en el curso de los años que he visitado y disfrutado de las bondades de este local. La atenta y extraordinaria atención de su servicio siempre preciso, su “producto estrella” la carne a la altura de los más afamados locales en la preparación de carnes de “origen y especialidad”, su carta de vinos más que justa sin ser una de esas enciclopédicas cartas a que están acostumbrados los “Michelin” y su ‘troupe’ de fans, su vinoteca diáfana como el cristal que la guarda, su cocina acristalada. Toda la noble madera de mesas, sillas repartidas en una amplia ambientación sin ser recargada en el conjunto de su ambiente y ese acristalamiento que lo encierra dando la sensación de un espacio abierto pero dentro de un “oasis” por los árboles y plantas de la zona exterior; convierten para mi a Rubaiyat en el restaurante ideal dentro de la gran urbe madrileña, de tal forma que parezca encontrarse ubicado en la sierra madrileña, con su corazón en la “cocina de la gran cocina”, eje fundamental que sigue dando significado fundacional a su visionario “Padre y Creador” el hombre que empezó “lavando platos” en un restaurante de Brasil, Belarmino Fernández... El esfuerzo, la determinación, el trabajo bien hecho, a menudo sobrepasan el arco de atención de los medios para convertirse en el éxito de la “inmensa minoría” que vamos descubriendo estos pequeños “paraísos gourmets”... Mini conos... Espinacas a la crema... Patatas soufflé... Wagyu Queen Beef... Tarta tatin... Todo dentro de la fórmula de la casa, precio acorde a la calidad del producto, su preparación, la atención del servicio, la pulcritud/eficacia de los detalles...