Los mejores restaurantes de otras cocinas españolas en Niebla

02/11/2025: Quizás escogimos mal día para ir pero creo que así no se trata a nadie. En primer lugar nos dijeron que teníamos que esperar la cola para coger mesa ya que estaba todo lleno, cosa que me parece lógica. Decidimos esperar la cola,unos 30 min aproximadamente y por fin conseguimos sentarnos en una mesa. Una vez sentados viendo que pasaban ya más de 20 minutos y nadie nos atendía ni nos limpiaba la mesa que estaba hasta arriba de platos sucios decido llamar al camarero y me dice que me espere, pues yo me espero. A los 10/15 min y viéndonos cada vez que pasaba sigue sin hacernos caso. Decidimos cambiarnos a otra mesa más pequeña que al menos se veía limpia, pero el hombre sigue pasando y sigue sin atendernos, así hasta 40 minutos que hemos pasado allí viendo la vida pasar y con cara de tontos. Me he sentido chuleado, porque el nos veia y no fue ni para apuntar la bebida o al menos decirnos que íbamos a tardar en comer.Nada, como si no existieramos y si lo llamaba me decía que un momento de mala gana. Ya desesperados Decidimos levantarnos e irnos sin comer, cerca de las 4 de la tarde con poca posibilidad de almorzar en otro sitio. Si no tienen capacidad que no cojan más mesas, pero que no jueguen con el tiempo de la gente. Nos lo podrían haber dicho al principio, que no podían atendernos y nos hubiéramos ido pero nos hemos ido sin comer y chuleados.

02/11/2025: Comprendo que en días de fiesta haya gente, lo que es igual a esperar. Y soy una persona bastante paciente porque entiendo la presión de trabajar días así. Pero por favor, que esto al menos sirva para que la hostelería y los/as responsables dupliquen estos días su personal. Así la gente trabajaría más a gusto y el servicio mejoraría. Ganamos todos/as. Después de que mi pareja y yo nos pusiéramos a esperar en una mesa sentados, el camarero hizo contacto visual varias veces (es decir, sabía que estábamos esperando a que nos recogiera la mesa y tomará nota), no obstante, nos dijo que un segundo y nada. Nos cambiamos de mesa, más chica y a la cual ya le había retirado dos tazas de café y refrescos. No vino. Después de ello, decidimos irnos.