Vinoteca Vides en Madrid

Muy gran bar de vinos en Madrid. He estado aquí varias veces. Amplia selección de vinos, pero también tapas.

Un bar de vinos realmente maravilloso. El equipo es muy acogedor y conocedor. Especialmente Sara. Fuimos allí todas las noches de nuestra estancia para tomar una copa por la noche.

R. Lugar maravilloso con personal muy atento y capacitado. ¡Siempre ocupado, así que debe ser bueno!

Fabulosa experiencia aquí. Visité este establecimiento con 4 amigos en un día lluvioso, comí aceitunas, queso y vinos. El personal fue muy amable y servicial. Terminé comprando algunas botellas, ¡definitivamente recomiendo detenerse aquí para tomar un poco de vino español con la ayuda experta del personal!

Nos atendió Sara y realmente increíble rompimos una copa y la actitud fue increíble , no nos dijeron nada y fueron súper amables un 10 para el sitio y un 10 para Sara

Un buen sitio para tomarse unos vinos.

Lo mejor es el dueño. Encantadores y atentos a tus gustos para que te sientas cómodo y a gusto con la comida y una espectacular bodega. Sólo ver la vitrina es una visita obligada. Te recomiendo que llegues con la intención de probar y disfrutar. Tus sentidos, olfativos, gustativos y sensoriales, se lo pasarán en grande.

Todo genial,recomendaciones top un sitio de vinos muy bueno,volveremos sin duda.

Interesantisimas posibilidades de catar vinos excepcionales que de otra forma sería imposible. También otros vinos a precios muy asequibles. El dueño explica con erudición las características de los mismos Muy buenas las tapas y fabulosas las ostras (el viernes el mejor día) Ambiente agradable y distendido Volveremos sin duda .

El sitio me ha gustado y volveré. Le he puesto cuatro puntos sobre cinco. Eso sí, me lanzo a escribir este comentario porque tienen detalles cutres de la España profunda. Os explico. Preguntamos el precio de una copa de palo cortado. Nos dijeron que tenían uno a 5 euros la copa. Nos lo sirvieron y, al instante, vino el mismo camarero a decirnos que se había equivocado, que ese que nos había puesto costaba 8 euros la copa. ¿Qué quieres que hagamos?, le preguntamos. El tipo nos dice entonces que nos lo retira si no vamos a pagar 8 euros. ¿Pero qué ibais a hacer con esas copas, alma de cántaro? ¿Las ibais a volver a meter en la botella? No quiero pensar eso. Tampoco se las podían servir a nadie porque ya estaban en nuestra mesa. Como el tipo insiste, le decimos que las deje porque nos las iba a quitar si no aceptábamos el precio. Lo normal, de toda la vida de Dios, es que si el camarero se equivoca, no moleste a la clientela, deje esas copas y tenga un guiño con los comensales. Además, el vino que nos sirvió, que está muy bien escogido, era un Cayetano del Pino, que ronda los 22 euros en cualquier web de venta de vinos. Es decir, 8 euros por cada copa no se justifican en un sitio con encanto pero batallero como este, con camareros torpones y poco experiencia. Si juegas a poner esos precios, tendrás que comportarte con los clientes como en los sitios que ponen esos precios. Mi impresión es que aún andan un poco estabulados, lo cual también tiene su encanto en estas ciudades donde todo está cada vez más estandarizado. Como decía al principio, volveré a tomarme un palo cortado y una tabla de quesos, y a probar alguna que otra cosa. Eso sí, no pienso dejarles ni un céntimo de propina hasta 2030. Esa será mi pequeña venganza.