Via Veneto en Barcelona

De Vía Véneto está todo dicho. Es un verdadero tesoro de la gastronomía de Barcelona. Añadir, a más abundamiento, la deliciosa cocina, el excelente y muy profesional servicio en un ambiente elegante donde todos y cada uno de los intregrantes del equipo se desvive por complacer al cliente. Deseamos larga vida a Vía Véneto! Muchas gracias por todo

La comida es excelente, pero el mobiliario y la decoración es de otro siglo, creo que sería conveniente un lavado de imagen del local, demasiado rococo

Es, sin ninguna clase de dudas, uno de los grandes restaurantes de España, por el ingenio de los platos que prepara, por el impecable servicio que ofrecen y por larga e importante historia que reúne. Lo recomiendo totalmente.

Mi abuelo Jordi Vergés ex director de Fainsa y Amaya Amstrong comió durante varios cumpleaños en este restaurante. Dijo verbalmente que es un mix armónico de gastronomía de calidad y riqueza cultural. También mi fiel amigo Carlos Martorell mejor RRPP de España cuyo gran amigo fue el difunto artista Sr Dalí. Opina que es un buen sitio donde darse un placer, y disfrutar. Dentro de poco seré yo alumno del INS Bisbe Sivilla quien vaya a descubrir esta experiencia, seguro que será un acierto!. Mostrar también mí admiración al chef principal. Y a Álex que aspira a ser un brillante chef internacional con el transcurso de los años y la experiencia.

Experiencia altamente recomendable. Pedimos el gran menú degustación en el que todos los platos fueron exquisitos. No puedo valorarlo con 5 estrellas ya que el ritmo de platos fue correcto al principio pero se ralentizó mucho en los tres últimos, la persona que nos estaba sirviendo parecía agobiada y ya no presentaba los platos de la manera que pudimos oír que si hicieron otros compañeros; tomando por ejemplo el postre que fue un “flan de vainilla” cuando para la mesa contigua tuvo todo un relato (aparentemente era el mismo postre). Una pena, hubiera sido de 5/5.

Es un clásico imprescindible de Barcelona, con una estrella Michelin desde hace años. Hoy he ido por tercera vez en un margen de 20 años, apenas ha cambiado nada, la imagen y la decoración siguen siendo la misma con aparca coches uniformado en la puerta, los cortinajes que tapan las ventanas el guardarropa a la entrada como una diiscoteca, los techos acolchados, los sofás, los espejos, esa imagen de la belle pop. La mayoría del personal sigue siendo el mismo de mi primera visita, lo cual me gusta, porque hacerse mayor no significa dejar de hacer bien tu trabajo. El público es en general de edad madura, muchos clientes habituales, el restaurante dispone de reservados para eventos. El servicio es muy profesional, con sus uniformes con pajarita, su cubertería de alpaca y su atención constante por todos los comensales. La comida esta muy buena, cocina catalana, una carta corta, pero adecuada y un menú de degustación muy correcto y es una buena opción a la hora de pedir. No perderse la historia de propietario todo un reto de superación y trabajo y si es posible que os ensanchen la bodega, que es una joya a la altura de las más grandes. Es un restaurante caro, pero como cualquiera con estrella y el trato y la comida son exquisitos.

Difícil de mejorar la calidad de este lugar tan exclusivo. Tanto la comida, como la atención, un 10. Recomendable al 100x100

Qué maravilla. Los entrantes, los primeros, el pato 🦆 de la casa, el rodaballo es de otro mundo. 5 ⭐ son pocas. Lo mejor, que ya es decir, es el servicio. Desde el señor que te abre la puerta, al jefe de sala, todos muy profesionales y muy amables. De lo mejor que hay en esta magnífica ciudad de Barcelona.

Es un placer celebrar la cena de Navidad del Club des Bons Gourmets en este magnífico restaurante. Estuvimos de fábula en un reservado disfrutando de su menú degustación (con alguna modificación😉). El ciervo para llorar! Y el coulant de cepa un MUST! La bodega es una locura!! Gràcies Jose! Servicio de 10, as usual!! Ahora ya podemos decir que han empezado las Fiestas!! Gràcies i fins aviat!

Fuimos 4 personas, dos con un bono para degustar el Gran Menú y nosotros que podíamos decantarnos por carta, pero decidimos probar también dicho menú con maridaje, 200 € por comensal ; sinceramente esperábamos algo más, la comida correcta sin más con platos bien decorados y explicados, la selección de quesos, minúscula diría que casi testimonial, mal el postre un simple flan muy normal para este tipo de degustación. Lo mejor el somelier comunicativo con un maridaje bastante acertado, tuvieron el detalle de no cobrar los cafés, servicio lento pero atento, local pequeño y decoración de los 90 .