Varmuteo en Barcelona

Carta simple, fácil de elegir y muy rica!

Hemos comido de 10. Recomiendo la ostra con salsa ponzu, la gilda de boquerón, las albóndigas y el flan. El servicio un 10 sobre todo el trato con Sergio que nos ha atendido de maravilla. Repetiremos sin duda!

Todo delicioso, mi favorito (planchadito de papada confitada) y el flan para el toque dulce .

Lugar espectacular, sobre todo su servicio. Sergio y el otro camarero Filipino nos atendieron de una manera increíble. Recomiendo este lugar demasiado. Si estás en Barcelona es un lugar que no puede faltarte para hacer el vermut de la tarde.

Es pequeño pero acogedor, tienen buen servicio y mejor si vas con reserva, para tomar y picar algo no está nada mal

¡Muy buen lugar para hacer un vermut y unas tapas!

Buena selección de vermuts, tapas y pintxos mal ejecutados.

Local pequeño pero con encanto. Tapas bien cuidadas y sabrosas, aunque algo pequeñas. Gran selección de buenos vermuts. Recomendables los buñuelos, las gildas y los planchaditos, todo muy bueno, muy especialmente el flan.

Las tapas son buenas y bien presentadas: especialmente recomiendo las gildas, los buñuelos de bacalao y los planchaditos, que tienen muy buen gusto y textura. También imprescindible pedir un buen vermut!! El postre es otro punto fuerte: probamos el flan y el helado de pistachos, y ambos fueron excelentes. Lo único es el precio: un poco caro en relación con el tamaño de las raciones. Sin embargo, la experiencia global es muy positiva.

Tapas riquísimas en un local pequeño y moderno en una calle tranquila cerca de la Plaza de España y la Fuente Mágica. Todo es fresco y de origen local. El chef Simón es talentoso, encantador y habla inglés con fluidez, además de español. El camarero y los camareros estuvieron encantados de ofrecer sugerencias de la amplia selección de vermuts para acompañar las tapas. La sangría también estaba deliciosa, no demasiado dulce, bien combinada con la fruta. No te pierdas... hay muchas cosas, pero las aceitunas líquidas, los mejillones encurtidos, las anchoas, el salmón y las patatas fritas caseras estaban increíbles. Por cierto, los bocadillos estaban todos deliciosos, pero mis favoritos fueron la soprasada de queso y miel en brioche, las albóndigas en pan de perrito caliente casero y la fricanda. Por último, pero no menos importante, los postres, especialmente el flan, fueron de los mejores que probamos en Barcelona.