Umiko en Madrid

He vuelto a ir al restaurante hace un mes después de tres años, porque nos había gustado la experiencia. Reservé para cenar en mesa y nos hicieron retrasar la cena media hora. En un restaurante normal no me importa, pero en este tipo de restaurante en el que si no acudes, te cobran...pues se les exige por su parte el mismo rigor. He decir que estuvimos esperando un rato en la sala blanca que tienen en la entrada, y nos atendieron muy bien. Aunque encuentro esta sala muy fría e impersonal y además, cuando reservas, te la dan de opción, pero no encontré ninguna foto que explicase qué era "la sala blanca". menos mal que no la seleccionamos porque no nos hubiera gustado comer allí. La comida en general muy buena, como se espera de un restaurante de este nivel. Pero una vez mas fue todo muy lento, especialmente el cambio entre platos...el vino si te lo servían con regularidad. Esto hace que hagas casi la digestión cuando estás al final de la cena. El ambiente en general bien, la atención y consejo del personal de la cocina excelente, ya que al final comimos en barra, pero la iluminación la encontramos un poco rara.....como demasiado escasa en general. Parecía mas un sitio de copas que un restaurante japonés. La Ostra en tempura un acierto, el ramen seco de carabineros también. El nigiri de paella me pareció que estaba un poco chicle pero bueno de sabor. todo lo que pedimos fuera de carta estaba muy bueno, y el pork belly muy rico pero nos tardó mucho en venir. El mochi de frigopie espectacular y la pantera rosa "azul" un timo directamente. En general la cena fue bien pero creo que no repetiremos la experiencia porque la experiencia/precio no se corresponde. (El trato y la comida excelente, aunque nos tuvieron esperando mucho tiempo sin al menos una carta donde elegir…..recomiendo que os dejéis llevar por sus recomendaciones.)hace 3 años.

Hemos estado por tercera vez aquí, pero hacía varios años que no volvíamos. La comida es exquisita, no tenemos ni media pega porque no puede haberla. El metre, un amor, muy atento, muy profesional, así como la camarera que nos atendió. Sin embargo, quería llamar la atención sobre lo fría que nos pareció la experiencia en barra. A mi entender lo suyo sería que los chefs, o al menos uno, fueran acercándose a ver si todo va bien, e incluso terminen algún plato delante. Una cosa es que no estén todo el tiempo contigo y te dejen comer con intimidad, y otra, que lo hagan, con otros, todo el tiempo, y tener que aguantar la chapa de los de al lado. Básicamente, los dos cocineros están preparando tu comida pegando la hebra a tu lado, con dos individuos que les cuentan su vida. Nivel, te enteras de todo (que si uno era un medico joven, que si no de qué del despacho de su casa...), y que a ti te van trayendo los platos por la espalda y solo se dignan a hablar contigo los chefs para terminarte un niguiri. Sinceramente, no me ha gustado nada la experiencia a nivel atención en la barra. Si no va a haber un trato más personalizado (estábamos solos en el local) para eso me cojo una mesa y al menos no tengo que aguantar la chapa de los dos pijazos de al lado. Pero si reservas en barra es para tener una experiencia bastante distinta. Lo que nos enamoró de este sitio la primera vez que vinimos fue, precisamente, que eso que ahora no tuvimos, sí se dio. Nos explicaban los platos y estaban atentos.

Hasta ahora una de las mejores experiencias culinarias de mi vida, creo que en estos momentos es el mejor restaurante de comida de Fusión japonesa de Madrid. Todos los detalles muy bien cuidados, las elecciones de vino perfectas, un gran equipo trabajando para que todo salga perfecto. Comimos en la barra todo de niguiris, excepto un entrante de ostras, que perfección, que detalles tan bien cuidados en la elaboración de cada uno, te explican lo que es, como lo hacen, es un espectáculo verles trabajar, incansables empezamos a las 15:00 y salimos casi a las 18:00 Recomendable al 1000x1000

Servicio increíble y la comida muy buena

Fui con motivo del cumpleaños de mi pareja y la verdad que la comida es un espectáculo, pero no puede ser que te tires para cenar dos horas y media, muchísima tardanza entre nigiri y nigiri sobre todo, está situación hace que al final no puedas valorar del todo la calidad porque pierdes hasta el hambre de tanta espera.

Sinceramente es bueno, pero no excelente. Comí 2 platos 10/10, que eran el nigiri de atún graso ponzu y el motchi de avellana, que eran absolutamente para morirse. Tuve que pedir dos más inmediatamente después. En mi opinión, a la mayoría de los platos les faltaba sal, pero eso es todo. Podría haber sido 10/10 con solo una pizca más de sal. Probablemente solo regresaría para comer motchi, ya que nunca antes había experimentado algo así. ¡DEBE!

Sushi original, fantástico e irrepetible. Las presentaciones y los sabores muy por encima de la media de japoneses en Madrid, relación calidad precio muy buena, el servicio bueno,.pero peca ub pelin de inexperto y algo caótico.. gracias especiales a Pablo que se tomó un tiempo de su jornada para explicarnos un poco más los platos. Repetiriamos sin duda , 10 sobre 10

La experiencia ha sido de 10. Estuvimos en la barra y tuvimos la suerte de estar enfrente de Pablo, uno de los dueños. Aparte de darle la tabarra :), gracias por su paciencia ya que preguntaba de todo, fue maravilloso ver en vivo como lo hacen todo. Que vino más bueno, la calidad de los ingredientes una maravilla y el ambiente top. Volvería mil veces. Enamorada de este restaurante.

Experiencia de 10, como cada vez que vamos. Recomiendo que al menos una vez te sientes en la barra y veas la habilidad de Pablo en los cortes del pescado, montando niguiris y cómo está pendiente de los pedidos, de lo que ocurre en sala y si le pee. La calidad de la materia prima habla por si sola. Cada bocado es una delicia. No dejeis de probar el Niguiri de Vieira, el de cocochas, la porra madrileña, los mejillones, el temaki de atún ... todo el arroz se lo traen de Japón. En cuanto a la bodega, tienen una gran selección.

Muy buena comida japonesa , innovadora en un ambiente cool con un trato excelente. A destacar el trato del jefe de sala que nos tomó monta y aconsejó muy amable y profesionalmente . Por poner una pega diré que los vinos tienen un precio pelín exagerado , con muchas referencias que para poder ofrecer hay que tener , nosotros pedimos 3 de ellos y no los tenían. Volveremos