Umiko en Madrid

Una lástima que la experiencia en barra sea el ver cómo salen las comandas y las continuas broncas de uno de los chefs al personal, en lugar de interaccionar con los comensales. Si hubiese sabido esto sin lugar a dudas hubiese optado por la experiencia en mesa. Carta bastante amplia con diferentes secciones, muy recomendable la farera de atún, porra guo rong, boloñesa de atún y la oreja. Del festival de nigiris a destacar la selección por parte del chef que de otra manera no hubiesemos probado. Buen maridaje de vinos y sakes, especialmente este último para el apartado de nigiris. Con respecto al postre poco podemos opinar, ya que cuando llegó el momento no quedaban mochis... Un poco decepcionante. Lo que prometía ser una velada perfecta, se quedó en una cena con sus luces y sombras.

Increíble experiencia alimentaria en este lugar de diseño de callejón. Los ingredientes locales frescos son transformados por los chefs Pablo y Juan y su tripulación en manjares inspirados en japoneses con el toque local español. ¡Una lista de vinos grande y bien surtido y el equipo de servicio del restaurante complementan la experiencia y hace una cena aquí como un regalo especial! Gracias

Grandisima experiencia en Umiko, la comida esta espectacular, los nigiris, los platos fuera de carta y los postres. Servicio atento y amable.

Toda una gran experiencia, buenos platos. Salimos bastante contentos del restaurante. Como aspecto de mejora intentaría que todos los camareros conocieran los platos que se presentan porque por lo que vi, solo 1 entendía todo a la perfección y dedicaba tiempo en la mesa a dar explicaciones. Creo que eso es algo que en un menú degustación, agrada al cliente y ayuda a entender lo que se está comiendo.

Uno de mis restaurantes Japoneses favoritos de Madrid donde te recomiendo mil x mil, te dejes aconsejar por el chef y que te haga un menú personalizado con tus preferencias.

Pedimos el menú degustación y nos guiaron ellos en base a nuestras preferencias y gustos y estaba todo buenísimo( no podría resaltar unos más que otros)nos encantó todo. Son platos cuidados al mínimo detalle con un sabor increíble. El servicio super amable todo el rato pendiente, nos trataron muy bien sobre todo Antonio. El sitio es muy acogedor y la decoración tanto de mobiliario como platos, cubiertos etc es super moderna. Merece la pena, tanto en precio como en calidad del producto. Muy recomendable, volveremos pronto!!

Sin duda, una gran experiencia gastronómica. Sensaciones y sabores distintos, bien conseguidos y elaborados sin muchas estridencias y en su justo punto,que hacen que te sientas parte de un buen planificado viaje gastronómico. Las explicaciones, sencillas y entendibles, se agradecen y enfatizan el sentido, ayudando a valorar convenientemente la experiencia. El servicio, adecuado, se ve a veces desbordado y medio perdido por la cantidad de mesas a atender.

Excelente experiencia en Umiko, había leído reseñas negativas últimamente y me sorprende porque nuestra experiencia fue totalmente al contrarío y las expectativas se cumplieron, aún así volveré para seguir comprobando que mantienen nivel y probar más producto. Servicio amable y atento, a la hora de servir y explicar platos. Nos hicieron un menú contando con alergias y presupuesto que les dimos y cumplieron realmente bien. Algún fallo en tiempos y modo de limpiar mesa o poner nuevos cubiertos para postre o entre platos. Comida muy bien de cantidad y calidad, volveré para seguir probando carta. Se agradece los nigiris que pueden meterse de bocado en boca. Bebida correcta pero de echa de menos opción de botella de vino por debajo de 50 euros, tienen opción de copas sueltas o cervezas. En conjunto una buena experiencia que te deja con ganas de volver para seguir probando.

Excelente comida y servicio. La decoración era preciosa. Cada plato era excelente. ¡Este restaurante merece una estrella Michelin!

Umiko tiene un ambiente fresco, artístico y único, pero la experiencia se sintió desagradable. La comida es genial pero muy cara, con porciones diminutas en su menú degustación. El servicio fue inconsistente, un camarero evitó el contacto visual con uno de nosotros, y un vaso de agua se llevó, pero nunca se reemplazó, sin embargo, nos cobraron 16 € por el servicio de agua. También noté que las críticas varían drásticamente. Si bien la estética es impresionante, la hospitalidad general no igualó los altos precios.