Suru Bar en Barcelona

Nos regalaron una cena por dos personas y fue toda una sorpresa. Al llegar nos dijeron si teníamos alguna intolerancia y acto seguido nos dijeron que nos dejáramos llevar y disfrutamos. Y lo hicimos. Los platos muy buenos y el maridaje de vinos espectacular, todo ello con un servicio atento e involucrado. Volveremos

Cocina de locura, bodega para ponerles un monumento y una atención para sentirte en como en casa. Y buena música. De lo mejorcito en Barcelona

La comida fue realmente especial. Nos sentamos en la barra y estuvo muy bien. Bebimos buen vino. Pero… espero que en un restaurante de este nivel haya más de dos personas para atender a todo el restaurante.

Suru Bar ha sido una grata sorpresa. No tienen una carta larguísima, pero lo que hacen, lo hacen muy bien. Se nota que trabajan con producto de calidad y que saben tratarlo, sin necesidad de grandes florituras. Los sabores están muy bien definidos y todo tiene ese punto de honestidad que se agradece: el producto habla por sí solo. Probamos varios platos y todos estaban muy sabrosos, con ese toque de cocina bien pensada y sin artificios innecesarios. Además, la selección de vinos es muy buena. En nuestro caso, pedimos Comunica, un Montsant que nos encantó: redondo, equilibrado y perfecto para acompañar la comida. El servicio también fue excelente, atentos sin agobiar, y con muy buenas recomendaciones. Es un sitio al que volvería sin dudar, sobre todo si buscas una experiencia gastronómica sincera y bien cuidada.

La mejor comida que he probado en mucho tiempo. Los dueños prestan una atención excepcional al detalle en cada aspecto de la experiencia gastronómica. La comida es aventurera y está muy bien hecha. Lo recomiendo sin duda.

Comimos el dia del apagón y fue de “traca i mocador” muchas gracias a todo el equipo.

Mi experiencia hace que, como norma general, arrugue la nariz ante la enésima apertura del local de moda que viene a revolucionar el panorama culinario barcelonés. Con esa desconfianza, dejé que transcurriera un tiempo prudencial para acudir a Suru (más que prudencial en este caso, un descuido casi imperdonable porque lleva más de dos años abierto), convencido que la hostelería es una carrera de fondo y hay que dejar que los locales asienten sus propuestas. Con esta premisa, puedo decir que mi experiencia en Suru ha sido excelente. Y digo “experiencia” porque si bien lo fundamental es la comida (de primerísima calidad la materia prima, elaboraciones elegantes y sabrosas), lo cierto es que se disfruta más cuando la atención y el servicio es de primera: en este caso, atentísimo todo el personal, con especial mención a Sergi, sumiller y una de las tres almas de la casa, que presenta con pasión los vinos que recomienda, tratando de contagiar al comensal en ese entusiasmo, y a fe que lo consigue. Cambio de servicio (platos y cubiertos) en cada pase, vajilla y copas de primerísimo nivel. En definitiva, no dejaré de recomendar Suru, y repetiré sin duda. Si, como he dicho, la hostelería es una carrera de fondo, en Suru lo saben y decidieron no esprintar en su debut para no desfondarse y llegar en cabeza al final. Y a fe que lo han conseguido. Larga vida al Suru.

Todo super bien!!! Trato de 10 y comer buenisimo!!!

El sitio está decorado con mucho gusto y originalidad. Los platos consisten en combinaciones de ingredientes muy innovadoras y de primera calidad. Gemma y su pareja con encantadores. Todo está cuidado hasta el último detalle (las servilletas, los cubiertos, etc.). La cerveza es artesana y la carta de vinos es espectacular.

Ho scoperto questo posto quasi per caso, cercando su internet locali a Barcellona che offrissero una cucina creativa e spigliata e che al contempo non fossero troppo sdoganati dalle guide gastronomiche e turistiche. Suru Bar corrisponde decisamente a quanto desideravo. Si trova in un tratto già un po' più defilato dell'Eixample, il che lo rende già in un certo senso "local". Molto belli anche gli interni, con tanto cemento nudo e design minimal. Ho preso diverse portate, tutte estremamente interessanti, memori della tradizione catalana ma anche con contaminazioni giapponesi (percettibili soprattutto nel piatto del giorno, una zuppa di miso con funghi di stagione). Inutile dirlo, la lista dei vini è superba, forse la più buona sperimentata nel corso della mia quattro giorni barcellonese. Molto efficiente e cordiale il servizio. Bravissimi!