Suru Bar en Barcelona

Una de las mejores comidas que he probado en la ciudad. Combinaciones de sabores interesantes y platos excepcionales. Estaba tan ocupado disfrutando de la comida que olvidé tomar fotos de la hermosa presentación. Además, tienen una gran selección de vinos naturales. Sin duda, volveré.

Una experiencia maravillosa. Muy acogedor. Pasamos una velada estupenda y lo pasamos genial. ¡Vayan con los ojos cerrados! ¡Gracias de nuevo!

He ido ya 3 veces a Suru y solo puedo decir lo guay que me lo paso cada vez que voy y la mejoría indiscutible que han tenido desde que abrieron. No todo el mundo puede entender y empatizar con lo duro y difícil que es echarle huevos y ovarios a un proyecto cuando no tienes un multimillonario de los que tienen todo Barcelona comprado. Dicho esto, gracias por hacerme sentir en casa cada vez que voy, aunque llegue o reserve a última hora. Sois los más majos en el mundo de la hostelería, apasionaos de los que quedan poco. Gracias por llenar mi corazón de alegría con platos tan sabrosos y bien ejecutados, no hablaré de la selección de vinos, pues aquel que conozca quienes capitanean este barco no necesita ni leer las reseñas de esta plataforma para saber que este sitio no es para tibios y gente que no entiende que no presentarse a una reserva sin avisar con previo aviso le hace un gran daño a la hostelería de nivel y de verdad en Barcelona y todo Catalunya. Moltes felicitats equip!

que genial cuando se le da protagonismo a la casquería, comida original y con producto exquisito, muy buen servicio. Postre ESPECTACULAR.

Brutal Suru. Tanto vino como comida increíble. Nos sentamos en barra, ideal para cita romántica. Comimos mucho y bien y bebimos a merced del somellier que nos captó enseguida. Volveremos!

Un restaurante genial e innovador con un ambiente excelente y una comida aún mejor: una versión única y moderna de las tapas. El ambiente es magnífico, sobre todo si se puede ver la cocina, que rebosa de energía. El sumiller también era prácticamente clarividente, lo cual fue un lujo.

Fui el pasado martes y no me encantó, encontré el local oscuro y frio, la luz tipo hospital y los platos todos con salsa, no me gusto mucho, la verdad.

Un sitio que te hace sentir bienvenido desde el primer momento. Trato cercano, amable, nada forzado. El propietario domina el mundo del vino y sabe escuchar, recomendar y acertar. El servicio de vinos es un punto fuerte, realmente pensado y cuidado. Probamos 7 platos y 2 postres, y salimos encantados. Cocina de alto nivel, con combinaciones originales, producto de calidad y mucha sensibilidad en su elaboración. Todo en un espacio desenfadado, distinto, con un punto moderno y muy agradable. Impresionantes los ñoquis con rebozuelos y kimchi, y los raviolis de remolacha con salsa miso y miel. Y aunque sólo tienen dos postres... son de aquellos que no olvides. Un sitio nada pretencioso, pero con una cocina que habla sola. ¡Repetiremos seguro!

Un lugar muy bonito con su decoración, cenamos calabacín a la brasa, milhojas de cebolla, yakitori de piel de pollo con gamba, gnocchis con rebozuelos y kimchi y de postre cremoso de mascarpone con fresas y todo lo que he dicho, increíblemente bueno. Volveremos y lo recomiendo. Platos cuidados, se nota el cariño y las ganas de hacerlo bien. Todos han sido muy majos.

El sitio está decorado con mucho gusto y originalidad. Los platos consisten en combinaciones de ingredientes muy innovadoras y de primera calidad. Gemma y su pareja con encantadores. Todo está cuidado hasta el último detalle (las servilletas, los cubiertos, etc.). La cerveza es artesana y la carta de vinos es espectacular.