Suru Bar en Barcelona

Muy buena comida con raíces catalanas. Buenos precios, vinos y atención, para volver seguro. Fuimos 2 personas con bastante apetito y pedimos 10 platos para compartir y 4 vinos cada uno y quedamos más que satisfechos y saciados: Lengua ternera: (recuerda a un vitello tonato) Plato simple y directo. Buena textura, emulsión un poco baja de sal. Sal en escamas hubiera redondeado el plato. Yakitori tartar gamba: textura: pollo, crema del tartar, umami/salino. DELICIOSO! Yakitori ala pollo: Deshuesado. Textura menos profunda. Mayor cantidad de grasa. Rebozuelos con gnocchi: Textura de rebozuelo y gnocchi buena. Olor potente a mantequilla. Sabor especiado a Kimchi sutil. Tiene un toque avinagrado, si tomas vino se contrarresta. 2u ostras: Ostras de buen tamaño, fresco. Ligero. 1 bocado. Ajo blanco tradicional. Falta algo de ácido. Cabeza y tripa de ternera: Olor y Textura a guiso de cayos: gelatina, slow food, untuosidad. Sabor escabechado con toques dulces, cerdo, zanahoria. Porción perfecta. Molleja: olor a molleja y vinagre. Bien equilibrada la grasa de la molleja. Textura del puré redondea el plato. El vinagre contrarresta la grasa y da un toque “frutal” que combina bien con el toque a brasa. Se nota la mantequilla en la salsa. Contra muslo: salsa fondo moreno de ave o jugo de pollo. Sabores: butifarra, pollo, tierra. dulzor de la pasa. Textura buena; nada seco. Vino rancio reducido. Plato muy catalán y también DELICIOSO! Los dos postres bastante ricos también, muy interesante la incorporación de arroz inflado y del toffee de Palomino fino, pero nos quedamos sobre todo con ese vino dulce Maculan del año 2000 con esos torrefactos increíbles. Mención especial al sommelier Sergi, súper amable, eligiendo vinos súper acertados y siempre muy atento. Gracias por todo y seguro volveremos.

¡Excelente comida, servicio, sumiller y carta de vinos!

¡Una cena genial! Fui solo y me sirvieron medias raciones del menú, lo cual fue genial, así que pude probar unos siete platos en total. Aunque la presentación es bastante sencilla, los sabores eran intensos y fuertes. Las mollejas estaban entre las mejores, crujientes por fuera y jugosas por dentro, complementadas con cebollas con vinagre de Jerez sobre una cama de puré de coliflor. Todos los platos estaban muy bien sazonados. Me sentí muy a gusto en la barra.

Odio el yakitori cuando estoy fuera de Japón. Y aunque Suru no era la representación más fiel de un pollo desmenuzado quirúrgicamente sumergido en tara añeja con sal de origen especial, el estilo español, el menú de bebidas y el equipo realmente le hacen justicia a este lugar. Una combinación de influencias de cocina española/catalana y de alta cocina combinadas con un servicio impecable completan este establecimiento, ayudando a elevar sus cartas de comida y vino.

Una joya emergente en el Eixample. Cocina atrevida, platos que combinan offal con toques delicados, ambiente casual pero sofisticado. Ideal para aficionados que quieren descifrar nuevas propuestas

Increíblemente genial. Cocina moderna e inteligente y vinos naturales. Fuimos dos veces y comimos y bebimos de maravilla. La segunda vez, el dueño ya sabía lo que nos gustaba y abrió las botellas perfectas. Cada una de las tres estuvo mejor que la anterior. Un equipo súper amable y un ambiente relajado. Parece que todos los sumilleres de Barcelona vienen aquí en un día soleado a comer y beber. Un ambiente genial.

Los callos te vuelven a la infancia, nos trataron increíble

¡Uno de mis restaurantes favoritos en Barcelona! Excelente servicio, deliciosos vinos naturales y raciones pequeñas que te permiten probar un montón de cosas. Me pareció muy asequible para la calidad. Todo estaba divino, con especial mención al pescado crudo con lechuga y salsa de avellanas, el yakitori de piel de pollo con tartar de gambas encima y la ratafía de Maus como digestivo. ¡Un gran descubrimiento!

Fue una buena experiencia, el servicio muy profesional, la comida me parecio cara por lo que ofrecen, pero muy buena y diferente, buena experiencia

La comida muy buena, los platos bastante pequeños pero me encantó el lugar y la atención. Un poco caro para el tamaño de los platos. Los camareros muy buenos, destaco la atención que tuvimos muy atentos y todo el tiempo preguntando si estábamos bien. Para un plan diferente es una muy buena elección. No pongo 5 estrellas porque no había variedad de platos vegetarianos y mi amiga no pudo comer tanto ya que todo el menú es de carne y pescados.