Siempre vamos y echamos unas partidas, nos tomamos algo y siempre estaba todo bien. Nunca nos cobraban las consumiciones porque echamos a las máquinas, pero un día cuando nos ibamos la camarera Andrea a gritos con el bar lleno me dice que le pague el refresco, creo que hay maneras de decir las cosas y si vamos a diario me lo puede decir de otra manera. Con los otros camareros muy bien, Alfredo muy simpático y ningún problema.