Integrado en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Valencia, el Casino de Agricultura, con una soberbia arquitectura del siglo XIX. Todo un manjar para la vista y el paladar en pleno corazón de la ciudad. Un restaurante tan especial merecía ser el número 30 del grupo.
He visitado muchos restaurantes Saona y este merece un reconocimiento por su decoración bonita y elegante. A pesar de haber mucha gente, el ambiente es tranquilo, íntimo y con bastante espacio para poder conversar cómodamente. Los platos estaban muy ricos, pero tuvimos que esperar bastante y no llegó el pan extra que pedimos antes de terminar la comida.
Ha bajado mucho la calidad y la cantidad en este Local
Habiamos venido en años anteriores y muy bien. Hoy muy regular
Pedimos pan y nos trajeron un trozo de focaccia minusculo.
El secreto ibérico estaba grasiento y muy salado
Los postres trozos de tartas muy pequeñas .
El personal, en concreto Andrea , y el local muy bien
He reservado sala, me ponen arriba. Subimos, l camarera ni saluda ni nos mira, la mesa que teníamos que ocupar está lista pero no nos dice nada y nos deja esperando de pie un buen rato. Un sentimiento de estra en un vuelo de Ryanair me invade, por cierto compañía que ya no uso. Con aires de superioridad nos lleva a la mesa donde nos quedamos esperando un buen rato. Luego con una antipatía ejemplar coge la comanda la misma camarera que la que nos llevó a la mesa.pido el agua natural y me l atraen helada. Los entrantes y los principales muy buenos. Cuchara del café sucia con una mancha blanca muy dura.