SantaGula en Barcelona

La comida y el servicio muy bueno. Raciones generosas. El local es muy pequeño y ponen demasiadas mesas. Viernes noche y estaba lleno. Había tanto ruido que no podía ni hablar con mi compañera de mesa. Es una pena pero no volveré

Consideramos que esto era muy recomendable, por lo que lo visitamos un domingo por la noche durante nuestra estancia en Barcelona. Tuvimos el menú degustación más lujoso y delicioso. El personal fue muy amable y servicial. Siempre aprecio a los camareros que me dejaron practicar mi español y fueron muy amables al hacerlo. Tampoco puedo calificar la comida lo suficiente. Por el costo, cada plato era de muy alto nivel y estaba cocinado a la perfección. ¡Una visita obligada si estás en Barcelona y espero volver muy pronto!

¡Todo en Santa Gula fue increíble! Desde que llegamos, el trato fue de 10, especialmente gracias a Belén, que nos atendió súper bien y nos hizo sentir como en casa. Empezamos con una croqueta de rabo de toro espectacular, con una textura cremosa y un sabor intenso que nos dejó sorprendidos. Luego, la ensalada de burrata y pimientos fue una explosión de frescura y sabor, con la burrata perfectamente cremosa y los pimientos, un toque delicioso. El steak tartar de carne estaba en su punto perfecto, muy sabroso y bien preparado. El costillar estaba jugoso y tierno, se deshacía en la boca de lo tierno que estaba, con una salsa que lo acompañaba perfectamente. Los raviolis de setas y gamba fueron un acierto total, con una pasta fina y un relleno que era una delicia en cada bocado. Para terminar, el cheesecake fue una maravilla, suave y cremoso, y unas trufas ideales para finalizar la cena. El ambiente es súper agradable y todo el personal muy atento. Sin duda, Santa Gula es de esos sitios a los que volveré, ¡gracias a Belén y al equipo por hacer que nuestra noche fuera tan chula!

El trato fue genial con el equipo, especialmente gracias a Belén, que nos atendió con mucho cariño. Probamos la croqueta de rabo de toro, la ensalada de burrata y pimientos, el steak tartar, el costillar, los raviolis de setas, y para terminar, el cheesecake y las trufas… todo buenísimo. Destacaría la ensalada de burrata y los raviolis, no deberíais salir de allí sin probarlos. En resumen, la comida top y un ambiente súper acogedor. ¡Volveremos sin duda!

Es la primera vez que vengo. He pedido unos raviolis con langostinos y la verdad es que quitan el hipo, pero sólo 3 raviolis en el plato. Poco para los 12.50€ que cuesta. En la carta, que no dudo esté exquisita, faltarían entrantes para compensar lo escaso de las raciones. Aún así, lo recomiendo para paladares finos con bolsillos holgados. Demasiado ruido, el local no está bien insonorizado. Camareros amables.

Caro. Cocina sobrevalorada a un precio de igual condición. 120€ dos pax

Todo perfecto. El personal súper amable, atento, el espacio acogedor y los platos todos buenísimos. Los raviolis muy buenos, las croquetas, el Coulant de pistachos... ¡volveremos!

Hermoso, acogedor, la mejor comida que tuve en Barcelona. Wagyu y el cordero fueron increíbles. Las zanahorias: podría comerlas todos los días. Altamente recomendado.

Buen sitio para tapear!!! Volveré seguro! Además el trato ha sido muy agradable. Lo mejor el crujiente de pato y las croquetas de rabo de toro

Santa Gula, en el vibrante barrio de Gracia, es una pequeña casa de comidas que convierte cada visita en un festín de sabores de temporada. Su propuesta se centra en la frescura de ingredientes locales, seleccionados cuidadosamente por el chef Martín Marchese, y presentados con una perspectiva mediterránea y toques internacionales. La carta ofrece opciones irresistibles para compartir, como las croquetas de rabo de toro y las bravísimas de la casa, así como platos creativos como el carpaccio de calabacín con queso de cabra y el tataki de atún con aguacate y mango. Los ravioles de setas y gambas con un toque de parmesano y el arroz negro con alioli de perejil son algunos de los favoritos que destacan por su sabor y presentación. Para los amantes de la carne, el steak tartare de Wagyu y la costilla de Black Angus cocida a baja temperatura son opciones sublimes. Y no se puede dejar de lado la selección de postres, donde el cheesecake de brie con toffee de café y el cremoso de chocolate con aceite y sal completan una experiencia digna de repetirse. En Santa Gula, pecar nunca ha sentado tan bien ;) Aquí, la gastronomía es un placer sin culpa y, definitivamente, un lugar al que vale la pena volver cada temporada.