San Kil en Barcelona

Una joya escondida en Gràcia. San Kil es de esos restaurantes a los que vas por la comida y acabas volviendo una y otra vez. Todo está buenísimo, auténtico y hecho con un mimo que se nota en cada plato. La croqueta de kimchi es un must, de lo mejor que he probado en mucho tiempo. El chef y el equipo son encantadores, te hacen sentir como en casa y se nota la pasión con la que cocinan. Un sitio pequeño, sin pretensiones, pero con una comida espectacular. Muy recomendable ❤️🇰🇷

Reserva obligada porque el restaurante es pequeño pero vale mucho la pena y hay espacio entre las mesas como para no estar en medio de la conversación de los vecinos. Un bibimbap muy equilibrado con mucho sabor e ingredientes, el secreto ibérico picante con una salsa súper rica, la croqueta de costilla muy melosa y los encurtidos muy buenos. La única pena que nos quedamos sin poder probar el tiramisú de matcha porque se había acabado… pero ya tenemos excusa para volver 😊

la comida está súper rica. A mi familia y a mí nos encanta ir siempre que podemos

No pude elegir un mejor lugar para celebrar mi cumpleaños. Kiwon nos reservó todo el local para nosotros, cupimos genial los 30 adultos + 2 carros + 1 trona que fuimos a celebrar. Servicio de 10, comida de 10, trato de 10 y ¡un gusto! Sin duda, un lugar en el que repetir

La comida, espectacular. Fuimos dos personas y pedimos las croquetas de Kimchi y uf! Un sabor increíble y tan crocantes que las recomiendo totalmente. También pedimos el steak tartar estilo coreano, y la cantidad estaba perfecta para dos y hasta tres personas, un tartar con mucho sabor y viene acompañado con los panes típicos asiáticos que me encantan. A este punto ya estábamos llenos, pero llegó el Kimchi Bokkeumbab, un arroz con seta y trozos de cerdo, algo clásico pero también muy sabroso. Pero le doy un 4 por dos razones. La primera, el servicio, había solo dos camareros y el restaurante estaba lleno, deberían contratar unos más para que puedan atender a todas las mesas a tiempo. La segunda, es una recomendación, en otros restaurantes coreanos siempre tienes poco de kimchi y pickles de cortesía mientras esperas la comida, aquí no, tienes que pedirlo. Lo pedí porque nos gusta y todo muy rico, pero seguían siendo porciones de un entrante de cortesía, pero que no era de cortesía.

De lo mejor que he comido en mi vida, y el servicio un 10, el local es acogedor y tranquilo y los lavabos están impecables. La carta de postre es de ensueño, hacía tiempo que no comía algo así de bueno.

Fuimos a San Kil, un restaurante coreano en Barcelona del que no había oído hablar hasta hacía una hora. Una amiga me dijo que estaba entre sus prioridades y eso me dio la idea, en parte de probar algo nuevo y en parte de darle envidia, supongo. 🤣 Más en serio, su menú se divide en una mitad tradicional y otra más moderna, una especie de fusión con la cocina local. 💡 De ese menú moderno, pedimos albóndigas de bulgogi con salsa agridulce. Estaban buenas, pero demasiado dulces para mí y, sin duda, demasiado saladas: me pasé las siguientes 3 horas bebiendo agua. También pedimos Yukhoe (tartar de ternera). Era un yukhoe normal, en realidad. Estaba bueno, pero la textura no era la adecuada; este era demasiado suave (en mi opinión), no noté ninguna resistencia bajo los dientes. Pero el sabor estaba ahí. 👍 También comimos mandus fritos. Estaban absolutamente deliciosos. 👏 Y comimos dolsot bibimbap 🍲. El sabor estaba buenísimo, pero el arroz estaba un poco pasado, para mi gusto. Además, el bol no estaba lo suficientemente caliente (de nuevo, para mi gusto), así que la textura no cambió mientras comíamos. 😞 Por último, terminamos con hotteok, muy bueno, pero muy pequeño por 6,5 €, y una tostada francesa... bueno, se suponía que era una tostada francesa, pero era solo un brioche 🍞 con anko 🫘 por encima. Ambos postres llevaban una bola de helado 🍨, extremadamente dulce y con una textura extraña que no estaba nada en su punto. 👎 El local es un poco cutre: no esperaba nada sofisticado, pero un objeto que probablemente era una bici tapada en medio del comedor es demasiado. 😓 Finalmente, la camarera fue... no sé cómo calificarla: desconocía algunos conceptos básicos de la cocina coreana (como el dolsot), no nos prestó atención (le quitó el plato a mi esposa y dejó uno delante de una silla vacía), le sirvió a mi esposa un vino que inmediatamente olí a vinagre, etc. 😮‍💨 Por cierto, ¿quién le robó el gas a mi cerveza Cass? 🤔 25 € por persona me parece justo: comimos demasiado (pero al final no bebimos vino). . . . Calidad y sabor: 7/10 Cantidades: 8/10 Ambiente: 3/10 Originalidad: 7/10 Relación calidad/precio: 7/10 Servicio: 3/10 Cómo me sentí después: 6/10

Hemos comido muy bien, cocina coreana buenísima con ingredientes muy buenos y de calidad, siguiendo la línea de los padres con una excelente comida.

comida deliciosa, servicio amable, ambiente tranquilo, es un restaurante muy auténtico sin turistas ni demasiada gente. Un clásico del barrio, ideal para comer y disfrutar de platos auténticos coreanos.

Recomendable, ambiente tranquilo y agradable. 23/06/2019 - Fuimos 5 personas. La dueña nos atiende con amabilidad, y nos recomienda pedir varios platos para compartir. Pedimos: Bibim-Bap: Arroz con verduras, huevo frito, carne y salsa cohujang (8/10) Sanbi: Fideos de boniato con verduras y carne. (6/10) So Bulgogui: Tiras de ternera al fuego adobadas en salsa coreana. (8/10) Deji Bulgogui: Tiras de cerdo al fuego adobadas en salsa barbacoa coreana. (9/10) Ramen al estilo coreano - picante - (6/10) Mochis. (6/10) Panqueques. (5/10) Salimos satisfechos, la calidad de la materia prima empleada es destacable, y los platos bien cocinados y en su punto. Además las raciones son generosas. Lo peor, los postres, no están a la altura del resto. En definitiva, un coreano recomendable, buena calidad de producto, buen ambiente y buena atención recibida. EL precio? 90,25 € - razonable. Volveremos.