Salitre en Santander

Buen sitio para comer, buena atención.

La comida muy buena y lo mejor el camarero que apesar de decirnos que faltaban platos de la carta, supo aconsejarnos bien y la experiencia fue fabulosa . Recomendable.

Sitio muy bonito y acogedor, muy bien atendidos por el personal y con un precio calidad estupendo. Muy recomendable

Probé el menú del día en este restaurante hace unas semanas que incluía Tagliatella y Merluza, y la verdad es que estaba todo muy rico. La calidad de los platos y el sabor superaron mis expectativas, y el precio de 17 € me pareció justo. Supe que aceptan la tarjeta Edenred gracias a edenlife ¡y no me decepcionó!

Muy buen sitio calidad precio y muy buen servicio, especialmente de Ibrahim

Un restaurante maravilloso en Santander al que siempre apetece volver. El servicio aquí es especial: nuestro camarero Kimani fue amable y sonriente, lo que creó una sensación de calidez. Los platos merecen una mención aparte. El Pulpo del Cantábrico con crema de piparras —cada bocado literalmente se deshace en la boca. Y la Presa Ibérica con puré de manzana ofrece un equilibrio perfecto entre la jugosidad de la carne y la sutil acidez del puré de manzana. Los sabores sorprenden por su armonía y se percibe la gran maestría de la cocina. En general, un lugar con alma que combina una atmósfera sincera, un servicio acogedor y una cocina deliciosa. Sin exagerar, uno de los mejores restaurantes de la ciudad

Visitamos ayer desde Alicante. La comida fue excepcional. Sabores exquisitos, raciones generosas y una excelente relación calidad-precio. El restaurante es precioso, está decorado con mucho gusto y es muy acogedor. Tuve un rebrote de un problema médico allí y Kimani, el camarero, no pudo hacer más por nosotros. Fue muy amable y su servicio fue increíble. Gracias.

La comida muy rica, pero los precios excesivos. Pides una ración de anchoas, que no resulta muy abundante, y por el dinero que pagas no son capaces de ponerte ni un trozo de pan. Si lo pides, te lo cobran aparte. Un poco decepción.

Ayer encontramos por casualidad un restaurante que, sin duda, nos sorprendió. Al entrar, nos quedamos en la zona de barra y su carta nos pareció bastante escasa. Pero pronto descubrimos que tenían un comedor interior muy acogedor, con cristaleras batientes que dejaban el espacio como una especie de terraza, pero con una temperatura mucho más agradable. Y se agradecía, porque aunque estemos en julio, estábamos a unos 20 grados. El camarero fue muy servicial y enseguida nos explicó lo que había fuera de carta y nos resolvió algunas dudas. Al final decidimos pedir una ventresca de bonito de temporada, hecha a la plancha y terminada al horno, que estaba buenísima. Se notaba que era un pescado fresco de y con un punto de cocción muy bien conseguido, que además ajustan según cómo lo prefieras. También pedimos una txuleta, que estaba bien tierna, acompañada de unos pimientos del padrón muy sabrosos. Para terminar, compartimos un tiramisú con base de sobao, muy cremoso y no especialmente dulce, lo cual agradecimos mucho. El camarero nos pareció muy acertado, sabiendo aconsejar, con un trato cercano y servicial que valoramos muy positivamente. ¡Volveremos!

Comida deliciosa y rápida. Las rabas las mejores q he probado. Camarero muy majo y atento. El local es muy bonito y ventilado. El pescado algo caro. Volveremos.