Sal&Chichen en Madrid

Una isla preciosa, a 7 horas de vuelo desde Schiphol. Llanuras escarpadas y secas. Mucho sol y viento. Aunque llueve un poco. Excelentes hoteles Riu. Ten en cuenta la mejora de la categoría. Aquí consideramos que los hoteles de 5 estrellas son de 3 o 3,5 estrellas. Estamos malcriados, lo sé.

Isla muy tranquila. Un lugar ideal para pescar y bucear. Ideal para estancias cortas.

La hermosa isla volcánica desierta de Sal cuenta con amplias playas de arena y un océano cálido. El clima en octubre es de 28-30 °C. Es un lugar ideal para relajarse, disfrutar de interminables paseos por la playa, practicar deportes acuáticos, observar tortugas similares a tiburones o pasear por el cráter volcánico. Las olas te destrozan las bragas bajo la atenta mirada de los socorristas en las playas vigiladas. Los lugareños se ganan la vida exclusivamente con el turismo; son amables, sonrientes y se lo pasan en grande. Su lema es SIN ESTRÉS. Y deberías traer recuerdos como pulseras. Recomiendo el licor de baobab. Lleva euros porque los cajeros automáticos son ineficientes y su moneda, el escudo, es un tesoro nacional que solo se encuentra en la isla. Vale la pena visitar la isla; así apoyarás a los lugareños.

¡No es una isla para amantes de la botánica! Sal es bastante árida, con mucha arena, piedras y pedregal, y lamentablemente, mucha basura. Unas pocas "montañas" y arbustos ofrecen poca variedad visual. Sin embargo, con temperaturas del aire de entre 26 y 28 grados Celsius en noviembre (bastante soportables gracias a una brisa ligera constante) y del agua alrededor de 25 grados Celsius, nuestras vacaciones de 10 días fueron muy agradables. La isla ofrece varias atracciones (Ojo Azul, salinas, Bahía Tiburón, jardín botánico) y hermosas playas. Santa María (en el sur) es un encantador pueblo turístico con muchos restaurantes y cafeterías. Desafortunadamente, los dueños de las tiendas, los vendedores ambulantes y los operadores turísticos suelen ser muy insistentes y no respetan el espacio personal. Hay que saber lidiar con eso, algo que me resultó muy difícil y que rara vez había experimentado. Exploramos la isla por nuestra cuenta en scooter, lo cual fue muy fácil. Si volvemos a Cabo Verde, sin duda haremos un recorrido por varias islas.

A finales de octubre/principios de noviembre, tuvimos un tiempo fantástico con un poco de viento. Claro que hay que tener en cuenta que Cabo Verde es uno de los países más pobres del mundo. En Sal, esto me pareció especialmente evidente. El ingreso promedio por persona ronda los 375 € al mes. Pero la gente no está triste; al contrario, disfrutan de sus diversos géneros musicales como la morna (Cesária Évora, muy famosa allí) o la funaná. Leí las reseñas de una estrella y, de hecho, estoy de acuerdo con algunas. La isla no es bonita fuera de los hoteles y complejos turísticos. Hay basura por todas partes: plástico, chatarra y neumáticos. En las vavelas cerca de Espargos, es desolador. Incluso me pareció peor que Salvador de Bahía, en Brasil. Sal es ideal para quienes desean disfrutar y tolerar el calor y el sol africanos y mantenerse activos practicando actividades como: vela, surf, pesca, esnórquel, buceo, natación, equitación (aunque personalmente lo considero cruel con el calor, y de todas formas no había caballos en Sal) y, por supuesto, kitesurf. Para quienes buscan paz y tranquilidad y disfrutan de un lugar junto a la piscina, sin duda es el sitio perfecto. En este caso, es fundamental elegir el hotel adecuado. También hay que pagar la tasa turística al hacer el check-out. Los precios son similares a los de Europa. Las pizzas cuestan entre 10 y 13 € de media, y los platos de pescado del menú del día rondan los 50 €. Santa Maria es una zona muy turística con una bonita iglesia católica. Espargos, en cambio, es bastante tranquila y limpia. Las actividades que se anuncian, como avistar tiburones limón, el Ojo Azul, el lago salado, el espejismo, el puerto de Murdeira, etc., se pueden realizar en un solo día. En mi opinión, una visita obligada: el lago salado. Es muy saludable y muy divertido. Lleva una botella de agua por si te entra agua en los ojos. Disfruté mucho de la isla. Aunque nos abordaron vendedores insistentes, mantuvimos el buen humor y nos adaptamos a las circunstancias. Aprovechamos al máximo nuestras dos semanas.

Una auténtica estafa para el turista. Precios elevadísimos y sin control alguno. Más caro que cualquiera región de España. Solo un ejemplo: Por una paella de "marisco" nos pedian 180€ ,para cuatro personas !!!. No aconsejo a nadie que visite esta isla. Te cobran en € como si fuesen escudos caboverdianos. Al entrar en Cabo Verde te cobran 30€ de tasas en el aeropuerto y tan panchos. Están a matar a la gallina de los huevos de oro . Un imán ,de nevera,3€ y llegan a cobrar por un cigarro a 1€, cajetilla a 6,8,o 10€. Así que lleven tabaco de la Península. No volvería JAMÁS y no lo recomendaría a mi mayor enemigo.

Es un destino algo costoso para lo que ofrecen. Eso sí van en franco crecimiento del sector turístico.

Es precioso, pero en febrero el viento sopla con demasiada fuerza y ​​el mar está siempre agitado, por lo que no es apto para nadar en la orilla. No merece la pena quedarse más de 4 o 5 días. No hay mucho que ver, los vendedores son insistentes, sobre todo en el muelle, y caminar fuera de la ciudad es difícil por el polvo que hay por todas partes y el ruido ensordecedor de quads y vehículos turísticos.

¡El agua del mar estaba tan cálida y la playa tan hermosa que me sentí como en el paraíso! Vine a la isla de Sal durante 5 días con mi hermana, mi cuñado, mi sobrinita y mi novio, ¡y fue un viaje inolvidable! 🥹❤️

Una experiencia inolvidable, un lugar muy interesante para visitar.