Restobar La Casona de la Abuela en Pozoblanco

Muy agradables y atentos, nos explicaron absolutamente todos los platos y fueron muy educados

Solo por la decoración del local ya merece la pena de ir, si a eso le añadimos el trato excelente y profesional del personal y lo finalizamos con una comida espectacular, de ahí mi título, Empiezo a poner los dientes largos... Brioche de mantequilla de oveja, anchoas y mojo de cilantro y almendras Ensalada templada de tartar de tomate, huevos con puntilla y mojo de cilantro y almendras Selección de quesos artesanos de los pedroches Risotto de rabo de toro con setas, mantequilla de oveja, crema fresca y queso de trufa. Milhoja de hojaldre y pasta filo, rellena de yema tostada y coronada con manga pastelera.

Espectacular en todos los sentidos. La comida, el servicio, la atención... Volveremos a repetir.

Exquisito el servicio y riquísimo todo lo que hemos pedido: revuelto de setas, risotto de rabo de toro y lechoncito. Ambiente muy acogedor.

Diferente, original. L@s camarer@s te van contando con detalle y arte lo que estás comiendo. Te dan la bienvenida con pan artesanal y aceite de oliva de calidad. La decoración retro, algo loca y a la vez encantadora. Quedamos muy satisfechos. Recomendable.

Totalmente recomendable. Comida exquisita y una atención de 10 de la mano de Cristina. Volveremos sin duda 👍🏻

Dan ganas de pedir todos los platos. Riquísima la zamorra. Disfrutamos muchísimo y nos quedan ganas de volver a probar más platos.

Sitio genial, buen trato y buena comida, una atención del 10. Almorzamos como reinas, volveremos pronto seguro 👍

Buena comida y sabores diferentes y buenos,no deja a nadie indiferente,buen servicio y coqueto local,con una decoración a base de recuerdos de los años 80, pero muy bien puesto,lo recomiendo a todo el que quiera comer bien y diferente, repetiré porque me queda por probar muchos platos, entré ellos los arroces que vi pasar para otras mesas, gracias por hacernos pasar tan buen rato 😃

Restaurante donde comer bien pero los niños no son bienvenidos. Fui hace varios meses (ya habíamos estado muchas veces comiendo allí) y ya no creo que vuelva más. Tras hacer la reserva, olvide decir que íbamos con 2 carritos de bebé. Al llegar lo comenté y la camarera nos dijo que no era posible pasar al salón con los carritos y nos tuvimos que quedar en la zona de barra, mucho más incómoda pues son en mesas altas y para los niños es incomodísimo. Lo hubiésemos entendido, ya que es normal que la mesa que te tienen que preparar sea más grande para que quepamos todos, si no fuese porque el salón estaba VACÍO y de sobra no cabía un carrito, sino dos, tres y hasta cuatro si me apuras. Al percatarnos se lo comentamos a la camarera y su respuesta fue que era decisión del dueño y cada uno llevaba su negocio como quería. Nos quedamos sin palabras al recibir ese tipo de respuesta y, aunque la comida estaba deliciosa, nos fuimos con un sabor agridulce. Una pena, no volveremos