Restaurante RiFF en Valencia

Sencillamente espectacular. El maridaje de vinos también es muy recomendable. Una experiencia completa y sin ningún punto negativo. Siempre que voy, disfruto mucho. La atención del personal también es maravillosa y el ambiente relajado pero serio.

Muy buena experiencia culinaria y vinícola. Servicio perfecto De casualidad pudimos conseguir mesa reservando con 48 horas de antelación para el almuerzo. Un gran momento de felicidad.

De 10, todo: la comida, el vino, los panes, la amabilidad y atención... teníamos muchas ganas de probar este sitio y nos encantó el menú degustación, con muchas sorpresas de principio a fin.

Hoy en día es muy difícil comer en Valencia con un menú 100% vegetariano, y se pueden contar con los dedos de una mano los restaurantes "no especializados" en los que puedes encontrar "opciones" de platos vegetales en su carta, aunque todos digan que cuentan ellas. Bernd y su Staff nos han deleitado con una experiencia increíble, por la propuesta con un menú veggie único y maravilloso, por el vino, el trato de todo el equipo, las recomendaciones, los tiempos entre platos, y por supuesto por la atención de Bernd, su amabilidad y buen rollo. Todos sincronizados como una orquesta bajo la batuta de un gran director que se divierte dirigiendo. La vajilla, la presentación de los platos, sus salsas, su mezcla de texturas y sabor en un menú con mucho sentido y conexión entre todos los platos donde se aprecia y valora que ha sido pensado mucho antes de que nos llevemos cada bocado a la boca. Seas vegetariano o no es una experiencia que no debes perderte. Volveremos a "La ópera del Riff".

Una gran experiencia. Comimos el menú excelent, que es el más grande, con maridaje. Precio acorde a un estrella michelín. En nuestro caso, nos sentamos en barra, lo cual recomiendo. Puedes ver en primera fila cómo preparan los platos y conocer a Bernd de una manera más cercana. Si te lo puedes permitir no decepciona.

Un lugar increíble donde disfrutar de una experiencia no solo culinaria

Quienes no tenemos la suerte de pertenecer la familia Rothschild nos vemos obligados a elegir muy bien aquellos restaurantes de precio elevado a los que acudimos de vez en cuando. Pues bien, pocas veces hemos salido tan satisfechos como de Riff. Un lugar, una gente y una comida (y bebida) absolutamente impresionantes. Elegimos sentarnos en lo que ellos llaman “Chef's Corner” y es una especie de mesa barra en torno a la cocina, algo así como una barra omakase. Fue todo un acierto. Me parece un meritorio ejercicio de honestidad y transparencia por parte del chef, Bernd H. Knöller. ¿Cuántos pueden mostrar realmente qué es lo que pasa en la cocina de un Estrella Michelin? Casi nadie. Entre lo que he visto y lo que me han contado de ciertas cocinas… No es el caso del Riff, donde la cocina y su gente transmiten paz y buen rollo, algo encomiable dada la dificultad de su trabajo. Aquí todos funcionan como un reloj; el propio Bernd; Miguel, el simpático jefe de cocina, todo un fenómeno de las fermentaciones, y ojo que es difícil hacerlo bien; Fran, la cocinera-repostera autora de ese postre brillante con achicoria que me recordó a mi infancia, cuando veía a mi abuela mezclar café con achicoria; Michel y Carol, excelentes camareros… Cuando acabó la cena nos asombraron las tareas de limpieza. Algo increíble, no creo que dejen así muchos quirófanos. Menuda currada se pega el equipo. Mención especial merece el sumiller Iván. Algo entiendo de vinos y por mi experiencia tengo pánico a los vinos de mínima intervención. Nos daba cierto reparo elegir el maridaje (80€ cada uno), por eso le transmití antes de nada que no me gustaban nada los vinos con defectos, a lo que me respondió que a él tampoco. Pues bien, vaya si cumplió: increíble la selección que se marcó. Todos los vinos realmente buenos y originales. Dado que el tema me apasiona, pude conversar con él durante bastante tiempo y es una enciclopedia andante. Su amor al vino se sale de lo común. Una persona excelente con un conocimiento del vino y una inteligencia fuera de serie. Sin duda, el mejor sumiller que me he encontrado hasta la fecha. Brillante. Valiéndome de la expresión que da nombre al divertido podcast de Bernd, que descubrimos tras nuestra visita, aquí son todos unos putos cracks. No soporto al personal impostado que sobreactúa, todo lo contrario a lo que vimos en Riff. El menú Excel-lent nos pareció impresionante. Todo realmente bueno y original. No doy demasiados detalles de él para no perder el factor sorpresa, pero uno de los mejores menús y más generosos en cuanto a cantidad, apto para llenar a los más glotones (me incluyo), que hemos visto. Nuestra cartera se alegra de vivir a 5 horas de Riff, yo no tanto. Es un sitio al que volvería mañana mismo.

Es un placer comer en el Riff, siempre tan pendientes del cliente, innovando muy a menudo su oferta, investigando en antiguas recetas para adaptarlas a su forma de entender la cocina. Presentación y sabores sorprendentes y muy agradables. Nos dejamos aconsejar por el somelier, y si no sois grandes entendidos es una opción a tener en cuenta. No por recomendación iba a ser más caro. De hecho no lo fue. Un gran vino que acompañó a la perfección una gran comida. Sin duda volveremos.

Mi experiencia en el RiFF Fuimos 3 amigos y nos sentamos en la barra, un lugar increíble para poder ver de cerca el trabajo de los cocineros. Disfrutamos de un menú degustación y en cada plato nos acompañó un maridaje que encajaba perfectamente. El sommelier Iván estuvo muy atento y nos explicaba los vinos con mucho cariño. Tanto Bernd como los cocineros nos cuidaron y mimaron. El lugar, la experiencia y el trato, ¡un 10/10

Hacia mucho que no disfrutaba tanto de un estrella Michelin, he visto críticas negativas hacia este restaurante que sinceramente no puedo entender, pedimos el menú completo con maridaje y ha sido simplemente espectacular. Gracias a Bernd por su concepto de la cocina, a su somelier por el acierto con el maridaje. Recomendable 100x100.