08/02/2025: La realidad gastronómica de este espacio que practica la doble propuesta de comida para llevar y una carta más gastronómica es que sus propuestas van viento en popa.
Deberían plasmar su oferta de una manera más evidente. No me gustan nada los códigos QR, y desde que llegaron cada vez se han echo más fuertes en muchos restaurantes. Y al tipo de cliente que pertenezco le gusta leer con serenidad los platos, los referencias de vinos, y así ganar un disfrute más en el sitio que visito.
Y aunque muchas veces diga la socorrida frase de “ponnos lo que quieras”, leer ya es ir ganando placer.
Además, las cartas de vinos nos indican cuales son los intereses de las casas. Y el precio y valor que tiene ese disfrute. Aquí, en asador Rosarito, saben de la importancia de una buena copa, y van proponiendo, para cada uno de los vinos que hemos disfrutado, de un modelo bien elegido. Y eso se agradece y mucho.
Unas almendras con el fino y unas croquetas de pulpo. Un blanco de La Mancha, Manuel Manzanaque y su delicioso Chardonnay para las zanahorias con yugur y las brochetas de cordero. Hay interés por avanzar y se nota la mano de quien quiere sacar al restaurante de su zona de confort. Es muy de agradecer.
El producto es bueno, y en el caso de la zanahoria, con su paso por el Jorper, esa brasa que se ha impuesto en tantos lugares y bendice los alimentos que cocina, se busca un camino oriental que haga que la verdura resulta más interesante junto a un yogur griego combinado con determinadas especias.
Ese camino orientalizante continúa con ese pinchito de cordero, sabroso, especiado, que llena la boca de emociones lejanas. Un bonito viaje de idea y vuelta que hace grande a la cocina que se refleja en el mundo y se acerca, mediante producto de cercanía, a nuestros recuerdos más cercanos.
El entrecôte de ternera, trae aromas de humo de su paso por la brasa. Jugoso y rico. Clásico. Un sabor que siempre es una garantía cuando se cocina con cariño y buena técnica.
Algunos buenos quesos para continuar bebiendo el tinto de Chozas Carrascal Las ocho, donde el mediterráneo despunta por esa mezcla de ocho uvas: Bobal, Monastrell, Garnacha tinta, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Syrah y Merlot. Elegante e intenso. Muy frutal con toques avainillados que proceden de la madera, el roble francés donde pasó 14 meses. Buena copa para que el vino se exprese con sinceridad. Muy buena temperatura.
Un servicio que va ganando conforme se alarga la comida, y se olvidan las suspicacias iniciales.
Cariño y sinceridad. Y una vía que amplía la oferta cotidiana de Rosarito.
Van madurando, y por fortuna tengo toda la confianza en que sigan haciendo un trabajo menos personal, y menos comercial. Al menos en su parte gastronómica.
Lo mejor está por llegar. No me cabe duda.
31/12/2024: Un sitio con el que nunca fallas.. comida excelente, servicio de 10 y reformado desde no hace mucho…
Vale la pena la comida para llevar, nos ha hecho el apaño durante muchos años cuando vivíamos cerca, ahora que nos mudamos sigue siendo nuestro sitio de confianza para comer en Murcia.
Hay desde comida sencilla para llevar, hasta platos más elaborados, para todos los gustos.
Sin duda 100% recomendable.