Restaurante La Casa del Canonigo en Huete

Hemos estado el finde del 15 al 17 de noviembre. Cogimos el pack finde romántico. La casa es preciosa, es verdad que se disfruta más con el buen tiempo porque tiene una terraza donde poder desayunar. Pero el estilo rustico y cuidado es guay. Cuando entramos en la habitación hacia mucho frío en ella, estaba dada la calefacción pero no se había calentado. Tuve que pedir al personal que me ayudasen a encender el aire para compensar... La chica no fue capaz de hacer que saliese caliente, aunque lo intentó. Al final pude yo. No pasa nada, pero al menos tener previsto calentar con antelación la habitación. Después pasamos a "la cata de vinos", no esperéis una cata como tal. Simplemente abren 2 botellas para todas las parejas, una por cada turno (por lo que echan poco porque igual éramos 14 personas para probar cada botella, muy escaso). El vino muy bueno eso si, pero la persona que se encarga de la actividad no sabe de vinos, bastante la muchacha salió del paso. Cata de quesos tampoco, es un triángulo por cada queso, se sirven 2 quesos. A una mujer se le calló un trozo porque era muy curado y se deshacía... Y se quedó sin probarlo porque literalmente si éramos 14, había 14 triángulos por cada queso. Eso si, los quesos buenísimos. Como recomendación... Si tienes 7 parejas y tienes que gastar botella y media por cada vino, quedas mejor a dar tan poco. Y yo pondría una bandeja de quesos bien. La bodega muy chula y bien conservada la verdad. El personal del hotel es genial, super simpáticas. Lo mejor de la estancia porque estaban pendientes. Para reservar hablas con las dueñas, pero luego no están allí. Al menos el fin de semana que hemos estado. De actividad cogimos los quads, muy recomendables. Vas en pareja y te dan la opción de parar a mitad y cambiar de conductor/a. El monitor muy bien. Dura como media hora y si tienes ganas de más, yo reservaría porque tienen actividades de 1 y 2 horas que tienen que ser espectaculares. La cena del viernes todo muy bueno la verdad. Solo que tienes derecho a una consumición y si bebes más, lo pagas... Y jo, que al final estás pagando 30 euros por personas por la cena. Miraría un poco más lo de quedar bien con las cantidades (como en la cata). Pero lo que es la comida está muy bien. Momento jacuzzi, no fuimos al redondo que sale en las fotos. Fuimos a uno cuadrado. El agua no estaba caliente ni había burbujas (las otras parejas nos dijeron que el otro jacuzzi genial). Pasé frío la verdad, menos mal que la zona del jacuzzi cuenta con una ducha y me pude calentar. Nos pusieron música y estaba decorado con velas modo romántico. La pena fue el frío y la falta de burbujas. Para cenar el sábado tienes que ir a Huete que es el pueblo grande, se cena muy bien. Los desayunos genial la verdad, muy completos y te dan la opción de repetir o pedir algo más si quieres. En ese sentido super bien. . Yo creo que hay aspectos a mejorar, pero bueno. Cosas buenas y malas. Poco a poco espero tengan en cuenta las recomendaciones que les van haciendo.

"Un verdadero refugio de encanto y calidez. Desde el momento en que cruzamos la puerta, sentimos que estábamos en un lugar único: el hotel combina un estilo rústico con una decoración cuidada y acogedora que invita a relajarse. Cada rincón parece pensado para hacerte sentir como en casa, con detalles que enamoran. La atención del personal fue maravillosa; todos muy amables y atentos a cada detalle, siempre dispuestos a hacer de nuestra estadía algo inolvidable. Ideal para una escapada romántica, rodeados de un ambiente mágico y tranquilo que te desconecta del mundo. ¡Gracias por esta experiencia tan especial!"

Una escapada muy recomendada, desconexión total merece la pena hacer los kilómetros tanto para ir a Cuenca como para la actividad que elegimos que fue Quads. La habitación que nos toco amplia, tranquila, con un diseño colonial muy bonito, y baño grande.

Lugar perfecto para una escapada de pareja. Ni un solo pero. La habitación, lo cuidado del edificio, los desayunos, la amabilidad de las empleadas, el jacuzzi y la oferta de pack con aventura. Únicamente, la cata de vinos y quesos quizá no es lo que uno podría esperar pero entiendo que es más una forma de romper el hielo entre los huéspedes que otra cosa y en ese sentido funciona muy bien. Si no se contrata la opción de cena, recomendable informarse antes (en la localidad únicamente hay un bar - restaurante y puede no abrir en según que horario).

Cuando llegué y vi la fachada, pensé en ése momento que (dónde me han llevado). Mi opinión cambió cuando entré, ése pensamiento efímero desapareció por completo, fue cómo en las crónicas de Narnia, impresionante, fue mágico. De hecho, creo que ésa casa tiene magia 🪄. El servicio 10, jacuzzi por como está preparado muy romántico, limpieza 10 y el pueblo me ha impresionado 70 habitantes. Lo recomiendo al 100%

La estancia a sido perfecta,tanto la estancia,como la amabilidad de Marta y todas las chicas el trato perfecto

Súper bien, el hotel es precioso y acojedor. Hemos pasado un fin de semana buenísimo, las encargadas todo mujeres muy bajas, agradables y simpáticas, pendientes de todo, pero hasta de la más mínima cosa. Seguir así.

Estuvimos un fin de semana y la verdad que Marta es un encanto,siempre pendiente de todo. La casa es antigua y está reformada,es muy curiosa y bonita. Nos tocó una habitacion muy espaciosa y coqueta.La cama muy cómoda.Te sirven el desayuno en el patio,aunque no es buffet,ponen comida mas que suficiente,ademas se puede repetir.

Todo perfecto. El sitio es muy bonito, tranquilo y acogedor. Las chicas son un encanto.

Es un lugar ideal para desconectar, descansar y sentirse como en casa. La atención de los propietarios, y de Marta en especial y del personal del servicio ( con la que más trato tuvimos fue con Glandy) perfecta y sin dejar de estar pendientes de nuestras necesidades . Un sitio con un encanto especial que sientes al instante. Lo que buscábamos y necesitábamos. Lástima de lo corto que se hace. Forever.