Restaurante Hotel Yumas en Guarromán

Volvía a casa un domingo después de un fin de semana de boda. Llevaba dos horas conduciendo y aún me quedaban 4 por delante. Con el cuerpo más malo que el de un muñeco de pruebas de un Fiat Múltipla, paré en este bar. Nada más entrar, el barullo fue música celestial para mis oídos. La cosa prometía. Me dejé caer en una mesa del abarrotado salón sin pretensiones y enseguida un camarero amabilísimo vino a atenderme. “Uy, tú vienes de pasar un fin de semana muy bueno”. Chapó. Me había pillado rápidamente. Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Pedí una sopa de picadillo y migas. Nada más probar la sopa le pedí que me prepararan una fiambrera para llevar. Tenía que volver a comer esa delicia y ya tenía cena. Las migas, buenísimas. Sueltas, sabrosas, en su justa medida de grasa. El trato, un 10. Salí de allí como nueva e inmensamente feliz porque sigan existiendo lugares así. Paradas que son hogar cuando solo quieres estar en casa.

El servicio muy bueno te sirve muy rápido

Paramos a comer siguiendo un largo viaje y la comida era buena el servicio nos atendio siempre rapido y los precios eran aceptables.

La comida está toda muy buena, hay brasa y muy buen servicio.

Un café fantástico. Desde que descubrimos este restaurante, vamos con frecuencia. El personal es muy amable.

Siempre hay mesa,es enorme. Se come menú barato, muy bueno todo. Cinco estrellas

Una suerte parar aquí de camino a Madrid

Nosotros íbamos de camino, miramos este sitio y la verdad que no ha defraudado. Todo buenísimo, unos estofados!! La verdad que 100%!!

Volviendo de viaje paramos a comer, no conocíamos este hotel restaurante, salimos súper contentos tanto por el trato como por la calidad de los platos, volvemos

Desayuno con una calidad excelente y un servicio de hostelería inmejorable.