Restaurante Golf Matalenas en Santander

Pequeño y encantador descanso de un paseo por el campo de golf. Bonita y pequeña cafetería/restaurante. Un servicio*.

Fuimos a tomar un aperitivo a media mañana y no pudimos resistirnos a llevarnos una ración de las tartas que tenían expuestas para disfrutarla después de comer en casa. La de caramelo con galletas nos gustó muchísimo. La atención y amabilidad del personal de la cafetería maravillosa. Volveremos próximamente, pero esta vez a comer, con total seguridad. Hemos vuelto, como prometimos, y el menú de fin de semana ha merecido mucho la pena. Variedad de platos sabrosos a elegir, postres y menú infantil. Dispone de terraza exterior para comer los días de buen tiempo. Muy recomendable.

Vistas espectaculares y estupenda comida. Gente al servicio muy amable.

Menú del día 26 euros. Guiso de patatas con rape y langostinos con parte de las patatas hervidas a parte y añadidas después de que el guiso se hubiese cocinado. Se lo indicamos a la camarera sin obtener ninguna respuesta. Impresentable. Machote al horno: seco, pasado de horno. No recomiendo el restaurante.

Buena calidad precio, y un paisaje espectacular

Sitio espectacular,tanto la comida como el lugar !

Este es un restaurante bastante agradable, en el que se cocina bien y que ofrece una relación muy buena calidad/ precio. El menú, sea en días laborables o festivos ( algo más caro...) vale la pena. Son propuestas para casi todos los gustos y las proporciones, muy correctas. Hemos venido varias veces ( siempre para comer ) y está vez ha fallado la comida por culpa del humo del tabaco de una mesa contigua en la terraza. Hay mesas que están muy cerca y el hecho de que el establecimiento permita ( en contra de lo razonable) fumar en la terraza, hace que, en nuestro caso ( y no hemos sido los únicos comensales afectados...) la comida haya sido bastante caótica. Hemos pedido cambiar de mesa, a lo que el camarero ha ofrecido otra sin preparar en la otra punta de la terraza. A partir de sentarnos allí, han dejado de atendernos ( como si fuéramos invisibles ). Se ve que cada camarer@ tiene sus mesas y NO atiende ninguna otra que no tenga asignada. Todo lo que pedimos después del incidente con el molesto humo de los vecinos de mesa, hemos tenido que hacerlo en la barra....un desastre y una pena. Así pues, un sitio que está bien y se come bien, pero en el que se deberían plantear seriamente el espacio LIBRE DE HUMOS, aunque dejen la terraza de la entrada ( en la puerta principal) para fumadores, en beneficio de la salud y comodidad de la mayoría de su clientela. Hasta entonces, no volveremos a comer en esta terraza: no es cómodo estar comiendo con humos ajenos....

Lugar tranquilo y agradable con buenas vistas

Buen menú al mediodía. Gran terraza donde poder disfrutar del menú con varias opciones. Incluye 2 platos, postre y bebida. Abierto al público.