Restaurante Europa en Pamplona

Formidable es quisimos todos los platos del menú de gustación

Me encanta mi boda la celebré aquí, y he vuelto a celebrar 🍾🍾 Muy bueno todo venid aquí todo muy bueno gracias por su atención...

Estupendo trato, lugar acogedor y muy buena comida, un placer.

Muy bueno el menú de celebración de 50 años.

Tras haber podido probar este año algunos de los sitios mas emblematicos de la gastronomia de Pamplona (Alhambra, Enekorri…) sin duda la mejor experiencia, y que sin duda repetiremos. Excepcional producto, cocina, servicio, y aun por encima el maridaje, y la atencion del sumiller. En un rango de precios donde ya hay que hacer las cosas de forma excepcional, se consigue, creando una experiencia inmejorable.

Como siempre espectacular, el trato es exquisito, siempre que vamos nos tratan muy bien, la comida es una delicia, con ganas de volver pronto.

El restaurante no presta atención a los detalles, ni al diseño interior ni a la calidad del producto. No se puede servir una Vicky Catalana de supermercado. El tataki de atún está preparado sin ningún detalle. Es completamente insípido y seco. Bueno, para una estrella Michelin, aunque es bastante barato, 120 € por persona. La degustación es bastante decepcionante. Ni hablar de la encargada del comedor, que parecía estar en una taberna con amigos en lugar de trabajando. Iba de mesa en mesa con los clientes habituales, hablando en voz alta como si estuviera en el salón de su casa. La camarera fue excelente.

Magnífico restaurante que recomiendo encarecidamente descubrir.

Auténtica referencia gastronómica en Pamplona. No es un restaurante dónde la creatividad destaque ni tampoco el sobresalto. Se respira armonía en la sala muy bien atendida y cómoda. Sin estridencias , del mismo modo, los platos cocinados por Pilar Idoate te llegan a la mesa en su punto justo de sabor, bien presentados, con la sensación de estar degustando la fantástica despensa navarra como debe ser. Las pochas eran celestiales , bien guisadas, con la delicadeza y la sobriedad que exigen (de las mejores que probé en mi vida y han sido muchas). Los pimientos del piquillo de Perón (Lodosa) asados con leña de haya y carpaccio templado de papada de cerdo de bellota sencillamente soberbios. Continué con la magnífica paletilla de cordero de leche asada a baja temperatura y en su propia salsa ; y el solomillo de ternera D.O. Navarra, higo caramelizado y foie que no le faltaba ni le sobraba nada. El caluroso día pamplonica me impidió degustar los callos y morros, que no no olvidaré en mi próxima visita. Buena carta de vinos con precios ajustados. Para finalizar un postre conseguido con toque local, realmente recomendable: suspiro, infusión de frutos rojos y helado de queso del Roncal . La excelente relación calidad-precio para ser un estrella Michelín contribuyó a que uno salga del local de los hermanos Idoate con una sonrisa de oreja a oreja y la sensación de haber comido muy bien. Recomendación inexcusable en Pamplona. Volveré .

Comida de excelente presentación tanto en vajilla como en diseño de gastronomía. Producto de muy buena calidad y elaboraciones con mucho sentido. A destacar las manitas de cerdo crujientes que me han parecido excepcionales y el postre de mojito. Sin duda, restaurante para repetir cuando visitemos Pamplona. Muy rico el vino blanco Chivite que pedimos con el menú. Muchas gracias.