Restaurante Élkar en Madrid

Todos los platos que pedimos estaban esquistos, el tartar de carne, los callos, el arroz y el solomillo, el lugar muy bonito las vistas impresionantes, solo una pega, se nota mucho la intención de vender vino, demasiado presión, por qué pidas este o el otro vino.

Magnífica ubicación y local muy acogedor. Increíbles vistas. La comida, exquisita y de muy buena calidad. Muy buen servicio y amabilidad del personal.

Ideal para una reunión o celebración especial. Increíbles vistas y atención en general. Reservamos con unos dias de antelación y sin problema (te penalizan creo que con 20 euros si no acudes), abajo pasas un control dd seguridad y después te acompañan al restaurante. Respecto a la comida, su carta es bastante ajustada, de entrantes probamos el jamón y el foie, y de principal, el solomillo, las mollejas y la ventresca, siendo el primero lo mejor que probamos, la ventresca en cambio no nos gustó mucho. Los postres riquísimos. Una experiencia muy especial, sin duda muy recomendable.

Muchas gracias a Benito. Una velada espectacular en uno de sus reservados. La atención es impecable, explicación de platos, preocupación por cada detalle.. No tuvimos suerte con la parte de la ventresca de atún que pedimos, ya que tenía muchos nervios, pero el resto de platos, nos encantó. No nos metieron prisa para irnos, si no todo lo contrario. Es un lujo, y Benito un gran profesional.

El lugar es maravilloso, en el piso 33 de un rascacielos, la vista es increíble. Pero sinceramente no entendí la comida. Como aperitivo (?) una bebida extraña aromatizada con espárragos y seguida de un plato de pescado muy elaborado (nada que decir) y de nuevo un plato de pollo muy elaborado (nada que decir). Partiendo del supuesto de que mi tradición en la mesa no es tan desestructurada, me sentí incómodo. Admito la posibilidad de que me guste demasiado mi tradición culinaria italiana, pero esto es una opinión y, por lo tanto, secularmente, la opinión es: demasiado extraña.

Fantástica experiencia, por las espectaculares vistas y esmerada atención. Y si eres catolic@ o te resulta interesante, la capilla está en el mismo piso. El 33 ...por algo será...

Impresionante cenar en la planta 33. Fascinante producto, muy buena atención del personal y muy buenos consejos y reconendaciones del sumiller. Para repetir.

Restaurante de ambiente íntimo y toque exclusivo. Su decoración sencilla y mejorable pasará a un segundo plano gracias a las impresionantes vistas. Los platos que pude disfrutar fueron los de un menú degustación de cinco pasos acompañados de un maridaje con caldos que me sorprendieron gratamente. El servicio por parte de todos los empleados de 10.

Un trato espectacular por parte de todos. Desde que llegamos y nos fueron a recoger a la planta 0 hasta la despedida acompañándonos hasta el garaje. Nos enseñaron la capilla y las instalaciones de la planta 33. Comida exquisita y las vistas totalmente espectaculares. Precio asequible. Volveremos seguro.

Si puedes ir ve aunque solo sea por las vistas. Nos gustó mucho y el producto se nota que es de calidad. Pero si no fuera porque está donde está tienes muchas más opciones parecidas o mejores. Fuimos dos personas y comimos; tallarines con salsa de bogavante, solomillo de vaca (para cada uno) y tarta de queso. De bebida 2 copas de vino blanco y agua. Fueron 124€ en total. Ahora, las vistas una pasada y el trato igual. Te enseñan el salón privado y la capilla que están en la misma planta 33.