Restaurante Casa Pipeiro en Ponte Caldelas

Hemos ido a comer como recomendación de un amigo y ha sido todo un acierto ,mucho ambiente ,recomiendo reservar,el servicio muy bueno y la comida riquísima y al acabar dimos un paseo por el río que está precioso en esta época del año ,volveremos

Buenas calidad y generosas raciones. Signo de un buen homenaje. Carne y empanada espectacular

Calidad y sencillez. Todos los platos aprueban con nota. Atencion correcta Ambiente algo ruidoso al estsr las mesas muy pegadas. Relacion calidad precio: aunque es algo caro,todos los platos exquisitos:empanada,las croquetas de chocos, las de carabinero,el rodaballo (rico aunque lo mas flojo),el cabrito y los postres, tarta de queso de tetilla y flan de queso del cebreiro con frutos rojos(increible!)

Cocina tradicional galega de temporada : un jabalí con castañas exquisito y contundente, sopa de cocido, cocido, empanada variada con una masa crujiente muy especial, buen pulpo, cabrito, ...Postres caseros deliciosos. Servicio rápido. Los precios han subido bastante los dos últimos años, a la par que han menguado la cantidad en las raciones. No obstante, sigue siendo un lugar donde comer bien por la zona.Siempre reservamos.

Cocina tradicional con una preparación fantástica. Desde un guiso de luras hasta un cabrito sobresaliente, o la caza. Bueno, y cocido de calidad y abundante

E mejor jabalí y cabrito que probamos nunca ! Insuperable

Dos amigos y yo fuimos a comer y estaba divino. El tinto de la casa es perfecto, ligero y equilibrado. Pero el cabrito al horno es algo que nunca olvidaré. Sin duda volveré; una experiencia gastronómica gallega muy auténtica. Es caro para Galicia, pero en mi opinión, vale cada céntimo. El servicio es rápido y la comida impecable. ¡Gracias!

Restaurante que deja una impresión positiva gracias a una propuesta cuidada, tanto en cocina como en servicio. Aunque el recuerdo no está lleno de detalles, sí permanece esa sensación agradable de haber comido bien y haber sido bien atendidos, algo que no siempre ocurre. La experiencia comenzó con un tomate ecológico con Galmesano (15 €), sencillo pero bien equilibrado, donde la calidad del producto fue protagonista. Las croquetas de jamón (11 €), cremosas y de rebozado fino, cumplieron con nota. En los principales, el rodaballo (22 €) se presentó en su punto justo, sin artificios, dejando hablar al producto. El cabrito al horno (29 €), más ambicioso en técnica y sabor, resultó sabroso y bien ejecutado, ideal para quienes buscan un plato de fondo con carácter. Los precios, aunque algo elevados, no se sienten injustificados dadas las materias primas y el nivel general del servicio. No es un sitio económico, pero sí honesto en lo que ofrece. En definitiva, una comida bien resuelta, sin estridencias pero con oficio, que deja ganas de volver. Siempre valoro la coherencia entre cocina, servicio y precio. Aquí, aunque todo podría afinarse un poco más, la experiencia fue grata y equilibrada. Una casa que se recomienda con gusto.

La comida estaba riquísima. Muy buen servicio y muy buena relación calidad-precio. Muy recomendable.

¡Lo mejor! Calidad de la comida, servicio y ambiente.