Restaurante casa 887 en San Sebastián

Comida fantástica y personal increíble, uno de los mejores de la ciudad.

Comimos tostada de antxoa, carpacio de wuayu, tiradito de atún rojo, bacalao al pilpil y pluma ibérica a la plancha... ¡No sé cuál está mejor! Una experiencia brutal. Muchas gracias. Volveré.

Tenía muchas expectativas, viendo todas las demás reseñas, y la comida de este pueblo debía ser realmente buena para estar a la altura. Sin embargo, nos decepcionó bastante. Me explico. Pedimos el menú degustación y solo agua con gas. El agua llegó, pero sin un vaso, que tuvimos que pedir a dos camareros antes de que nos lo trajeran. El pan estaba bueno, pero tiene un coste adicional, que no nos dijeron hasta la cuenta. Las aceitunas de campo que sirvieron estaban bastante buenas, para quienes no suelen gustarles las aceitunas. Las piparras fritas estaban interesantes. Luego vinieron un trío de nigiri de ostras y vieiras (con trufa y wasabi, pero, por desgracia, el wasabi eclipsó a la trufa) y steak tartar. Nada del otro mundo. A continuación, un tiradito de atún rojo, que estaba bastante bueno. La emulsión de wasabi era suave. El mejor plato de la noche. La tempura de gambas en un bao de tinta de calamar estaba bastante regular. He comido tempura mejor en un restaurante de centro comercial. Parece comida asiática para no asiáticos. El pescado del día era lubina. Decente, pero tenía dos espinas grandes (de unos 2,5 cm cada una) en mi plato. Fue una verdadera decepción para un restaurante de este calibre. Se lo dije a la camarera, quien dijo que informaría al chef. No hubo respuesta del servicio. Optamos por la "vaca vieja premium". Creo que necesitan un mejor redactor. Curiosamente, venía con una ensalada de lechuga muy simple y patatas fritas. Esta porción (1 kg de ternera) era muy grande, un plato completo en sí mismo, lo cual es inusual para el último plato principal de un menú degustación. La ternera estaba decente, pero no creo que mereciera la pena pagar 30 euros más. El último postre fue flan (muy corriente) y tarta de queso vasca con helado de pajitas, que no me dijeron que fuera muy agradable. En resumen, nada espectacular. El servicio no fue excelente, la comida era muy normal y la atención al detalle fue deficiente (las dos espinas). No valió la pena el precio que pagamos.

¡El mejor atún que he comido en mi vida! ¡Fantástico!

Sabores locales creativos y contemporáneos con un toque de influencia japonesa... que combinan a la perfección con unos nigiris exquisitos y una sabrosa versión de sashimi de atún. Recomendamos añadir la opción de caviar. Excelente tartar de carabineros y su versión de paella fue un éxito. Interior acogedor y personal amable. Recomendado.

Fui hace tres semanas y la verdad que la comida estaba muy buena pero el servicio dejó mucho que desear. Para poneos en contesto fuimos mi novia y yo un sábado a las 22:00 con previa reserva y pedimos el menú degustación largo con maridaje. Lo primero, desde que nos cogieron la comanda tardaron como 20 minutos en sacarnos las aceitunas que debían ser acompañadas con las piparras. Para nuestra sorpresa salió el primer plato antes que las piparras y cuando las trajeron ni siquiera se disculparon. Puede que seamos muy exigentes pero ya cuando estábamos comiendo el pulpo nos sacaron la copa de vino rosado correspondiente con el plato y nos remarcaron que esa copa era para este y siguiente plato. En un menú que pagas 130€ y 60€ de maridaje por persona que te remarquen que solo puedas beber una copa para ambos platos me parece increíble. Cada plato y bebida obviamente tienen sus precios, pero me dio la sensación que nos trataron así por ser jóvenes y de aquí. Nuestra pasión es la gastronomía y hacemos verdaderos esfuerzos para poder ir a sitios como estos y me da tremenda pena que nos traten así porque no seamos extranjeros "con dinero"

Un restaurante de estilo urbano, ricos platos aunque las raciones escasas para el precio que cobran, y en la carta de vinos precios también muy por encima del coste.

Casa 887 es un lugar que sorprende gratamente por su propuesta gastronómica, donde se fusionan con acierto sabores asiáticos y cocina vasca. Los platos son realmente espectaculares, tanto en presentación como en sabor. Se nota el cuidado en cada preparación, y el resultado es una experiencia culinaria muy satisfactoria. El precio es acorde a la calidad, teniendo en cuenta además que estamos en Gipuzkoa, donde los precios tienden a ser elevados. En este sentido, la relación calidad-precio nos pareció justa. Sin embargo, hay un detalle importante que empañó nuestra experiencia. En la carta, algunos platos —como el tartar de atún y el steak tartar— mostraban dos precios (entendemos que por tapa y ración), pero nos sirvieron directamente la ración sin preguntar, lo que supuso pagar el doble de lo que inicialmente pensábamos. Aunque los platos estaban muy buenos, este tipo de prácticas debería evitarse o al menos comunicarse claramente, ya que genera una sensación de desconfianza que podría arruinar una experiencia excelente. Recomendamos especialmente las gyozas y la pluma ibérica, dos platos deliciosos. Eso sí, mejor pedirlas con patatas fritas en vez de panaderas, ya que las panaderas que sirven son cocidas y no aportan tanto al conjunto. El trato del personal fue correcto y amable, pero faltó información clave en el servicio, como los detalles sobre los precios o el tamaño de los platos. Esto, aunque parezca menor, puede marcar la diferencia entre una experiencia redonda y una que se queda a medias.

A mí me ha gustado. Hay platos con más estrella que otros pero en todos el producto era de calidad y estaba bien preparado. Destacaría el tiradito de atún rojo, el bao de langostinos y una menestra que estaba espectacular con unos espárragos cocinados en el mejor de sus puntos. Juegan con sabores asiáticos de forma muy acertada. Creo que aunque sea un poco caro (como casi todo en Donosti) ha merecido la pena.

La comida está muy rica pero el precio para la cantidad que sirven es ASTRONÓMICO, casi nos da algo al ver la cuenta. Poca variedad y han bajado los platos que pueden ser servidos en media ración. Que los números delante de cada nombre de botella de vino sean los precios, es una soberana tontería que no se sabe ni lo que es. CARÍSIISISISISISMO