Restaurante Besabi en Urnieta

Excelente establecimiento para un final de ruta d emontaña o únicamente para venir a disfrutar de su alrededor y su calidad gastronómica. Comida para cuatro fuera de menú con betizu, vaca pirineica autóctona de la zona donde su primer plato de carne guisada con patatas y guisantes son de excelencia, seguido de una ensalada para acompañar la txuleta betizu es más que majestuoso. Delicatessen. Además de ello, tras tomar un previo aperitivo de croquetas con una cantidad más que perfecta y finalizar su comida con pilares casero y café es más que recomendable. El precio no esta en absoluto mal, es un precio ligado a su gastronomía, calidad. Un parking público tanto para clientes como para senderistas. Las vistas que tienes en el exterior la que incluye un terraza en el mismo establecimiento es más que aconsejable.

La mejor sopa de pescado que he comido en tiempo . Excelente comida y servicio. Recomiendo reservar mesa

Besabi: Autenticidad vasca al pie del monte Adarra En Urnieta, en la falda del monte Adarra, se encuentra Besabi, un merendero que es todo un homenaje a la tradición y la autenticidad de los caseríos vascos. Ubicado en un antiguo caserío, este restaurante es un tesoro escondido que conserva el encanto de los lugares de antaño, frecuentado casi exclusivamente por locales, trabajadores y vecinos de los alrededores. El ambiente es único: mesas largas de madera donde compartir espacio con otros comensales, creando una atmósfera acogedora y auténtica. Es un lugar muy concurrido, por lo que reservar es casi imprescindible si no quieres esperar. La oferta gastronómica de Besabi está basada en la cocina casera más tradicional. Tanto en su menú como en la carta, todos los platos se preparan diariamente con productos locales y frescos. Verduras de la huerta, ensaladas, carnes guisadas, pollo de caserío, cerdo de los caseríos vecinos y postres caseros son los protagonistas de una carta sencilla pero deliciosa. Cada plato refleja la esencia de la cocina vasca más genuina. Besabi no es solo un lugar para comer; es una experiencia que te transporta a la vida de los caseríos vascos de siempre. En un mundo donde este tipo de merenderos están en extinción, merece la pena visitarlo y disfrutar de su ambiente, su comida y su autenticidad. Un imprescindible para quienes buscan saborear la verdadera esencia del País Vasco.

Lo tiene todo, comida casera y muy buena, los camareros majísimos, la cocinera nos explicó cómo hacía un plato, raciones muy abundantes y buenas vistas. Un 10. Mejor reservando antes.

En un paraje increíble te encuentras este lugar que se está como en casa! Comida increíble pero atención inmejorable!

Está en un sitio con unas buenas vistas, puedes dar paseos por el monte, fuimos el sábado 27, estaba nublado, pero eso no importó, comimos muy bien, buen ambiente y buenos camareros, las fotos las saqué cuando se fue gente, siempre tienen, hay que reservar pero merece la pena, recomendadisimo

Un sitio tranquilo en el monte, precioso anochecer viendo volar los buitres. Comida casera que da gusto comer. Estoy pensando en volver !!