Restaurante Arbequina en Córdoba

Experiencia gastronómica excepcional en el Restaurante Arbequina. La cocina andaluza que ofrecen es de altísima calidad, con platos elaborados cuidadosamente y presentados de forma impecable. El servicio es atento y profesional, creando un ambiente acogedor que invita a disfrutar de cada momento. Destaca especialmente la selección de productos locales de primera calidad y el tratamiento que dan a cada ingrediente. Los sabores son auténticos y bien equilibrados. Sin duda, una opción excelente para disfrutar de la mejor gastronomía cordobesa en un entorno elegante y cálido.

La atención fue excelente por parte de todo el equipo. El lugar es precioso. Pedimos el menú degustacion y no pudimos acabar mas sorprendidos y satisfechos. Todo delicioso, destacando el arroz que estaba superlativo. Todo ello regado por un excelente vino de Ronda! Muchas gracias por todo!

Un lugar mágico, elegante y acogedor, un servicio exquisito pasando por el maitre y todos los camareros , y una cocina excelente , platos refinados y bien balanceados . Si pasas por Córdoba es obligado hospedarse en n su encantador hotel o al menos degustar una cena romántica

Entorno precioso. Atención excepcional y comida fantástica No se le puede poner ninguna pega. Totalmente recomendable.

El tiempo lo es todo, sobre todo cuando se acerca la siesta. Con esta presión añadida y el poco éxito que tuvimos al recorrer varios lugares de interés durante nuestra excursión a Córdoba, recurrimos al restaurante de un hotel de cinco estrellas, de toda la vida. ¡Una búsqueda en Google nos llevó al Palacio del Bailio y al Restaurante Arbequina! A pesar de un primer indicio de "¿se han perdido?" (al fin y al cabo, íbamos vestidos para hacer turismo), nuestra maître se redimió rápidamente y se aseguró de que nos sintiéramos bienvenidos y valorados, incluyendo mi condición de celíaco, que, me alegró comprobar, no arruinó mi experiencia gastronómica en esta ocasión. El pan artesanal y una excelente alternativa sin gluten, servida con un aceite de oliva y balsámico de primera calidad, nos mantuvieron con energía mientras esperábamos nuestros platos principales. El delicioso vino blanco Pedro Ximénez, aunque no era el plato principal ideal, me gustó mucho y estaba perfectamente frío. Por mi entusiasta recomendación, ambos optamos por un “Rabo de toro tradicional con alcachofas y patatas baby” y una generosa selección de verduras a la brasa para compartir. Bueno… ¡desde que mi querida madre le preparó este plato a mi marido hace décadas, no estaba tan contenta con el resultado! Estas últimas semanas hemos disfrutado de unas carrilleras excepcionales, tanto de cerdo como de ternera, pero ¡madre mía!… ¡la humilde y a menudo pasada por alto la “cola” se lleva sin duda el premio al mejor del tour! Claramente, ese “Michelin 25” se lo merecía. Y bueno, en cuanto al postre, mi primo optó por un “Crumble de manzana asada, vainilla, avellanas caramelizadas y helado de mantecado”. Mientras que mi versión sin gluten, "Cremoso de leche fermentada con velo de flores, crumble y helado de violetas", no tuvo ningún problema para satisfacer mis necesidades. El camino me llamaba y, tras haber consumido una cantidad exquisita, ¡ni siquiera pude añadir café! ¡Cinco estrellas de este aprendiz de crítico gastronómico, y bien merecidas!

Los camareros siempre con una sonrisa.

Estuvimos muy agusto. La comida estaba muy buena. Muchas gracias.

Se puede cenar en un hermoso claustro interior. Excelente servicio. Tuvimos altibajos con la comida, pero el toro estuvo excelente. Precios muy justos.

Lugar de encanto con trabajadores súper amables. Por el contrario no nos gustó nada la comida pedida. El tartar de salchichón y la presa que pedimos llevaba picante y mi tolerancia al picante es baja. Luego el falso risotto no tenía apenas sabor y no lo recomendamos en absoluto. El precio es desproporcionado para la comida, gracias al descuento del tenedor y la amabilidad del personal y el encanto del lugar nos fuimos algo satisfechos pero la comida no nos gustó en absoluto.

Todo perfecto, ambiente, comida y servicio. Solo una observación , la carta de vinos por muy buena que sea la bodega, no puede empezar a parir de 38€ por botella, buenos vinos , pero muy muy caros , se debería incluir vinos más corrientes a precios más asequibles. La visita a las termas y sus mosaicos es un añadido. Para repetir.