Por Herencia en Murcia

Todo lo que pedimos estaba buenísimo, hasta la salchicha seca (un buen indicativo), muy recomendable. Precio a corde de la experiencia gastronómica.

Un restaurante MUY recomendable, la presentación de los platos muy elegante y el sabor excelente. El personal muy amable y servicial, volvería a repetir sin duda :)

Atención y comida de 10. Muy recomendable para ir tanto con tu pareja como con amigos. Ha sido una gran experiencia, volveremos seguro.

Súper recomendable, personal y comida de 10.

Señores, ESPECTACULAR, la presentación de los platos y lo q va dentro. Nos atendío la madre de Miguel, LA JEFA:) Volveremos seguro.

Excepcional la comida y mucho mejor el servicio! Me sorprendió el cambio que ha dado, subiendo mucho el nivel, respecto a la última vez que estuvimos hace tiempo.

Fuimos a comer el domingo de ramos. Pedimos las croquetas de chato murciano, el tartar de quisquilla, secreto,alcachofas, huevos con foie y albondigas. Estas ultimas nos parecieron un poco fuertes, pero el resto buenísimo y muy original. El servicio muy rápido y amables

Cena muy agradable..ambiente excelente. Trato y servicio inmejorable. Los platos para compartir, tienen una elaboración y mimo que se refleja en el producto. Gracias por esta velada... volveremos seguro pronto.

La carta del restaurante es suficientemente amplia y variada, quizá falte alguna opción más de pescado. Las croquetas muy ricas, asi como la ensaladilla de corvina El pescado muy bien cocinado y sabroso. Merece la pena tomar la milhojas de asiático. La terraza no es cómodo a para comer, hay mucho ruido de los comensales y parece que estás en un sitio de peor categoría

Cocina murciana reinventada, con excelente materia prima y toques creativos. Comedor pequeño pero muy acogedor, con paredes en piedra. La terraza resulta menos cómoda en invierno, al cerrarla con las estufas resulta ruidosa. Citas escalonadas para un buen servicio, aunque cuando se llena los camareros se ven algo saturados. Muy buenos entrantes: muy rica la croqueta de chato murciano, la ensaladilla de corvina, o el requesón con pesto. El cuarto de aguacate es mejorable. De los pescados, probamos el rodaballo a la brasa con salsa de limón, excelente, y la corvina, muy buena. Raciones justas para una persona. De las carnes, probamos la pluma ibérica, muy tierna. Buena ración. De los postres, el flan y las milhojas están bien, pero sin duda la creme brulee fue el mejor. Carta de vinos corta pero muy seleccionada, con precios más bien altos, muy pocas referencias por debajo de 30 euros. Predominio de vinos regionales, bien elegidos, aunque con algunas ausencias notorias a nivel nacional (albariños, godellos, etc.). El servicio de cambio de platos y cubiertos, relleno de copas de vino, etc., no está a la altura del restaurante. Mejorando este apartado y con algo más de personal, podrían sacar más partido de la excelente cocina y optar a mayores reconocimientos, a los que parece aspirar por precio y enfoque de la carta.