Pizzeria Esencia en Valderrobres

Ir a Esencia es como ir a ver al médico de la Seguridad Social. Mucha gente, poco espacio y te estás una hora esperando unos resultados que acaban siendo ligeramente decepcionantes. PD: lamento informarte que a pesar de enjuagar semillas de xia bajo la luz de la luna menguando tu colesterol sigue por las nubes.

Ubicada en el encantador pueblo de Valderrobres, la pizzería Esencia ofrece un ambiente acogedor, ideal para disfrutar de una cena tranquila. Su servicio destaca por la rapidez y la amabilidad, con un personal atento que se esfuerza por hacer sentir cómodos a los comensales. Uno de los platos que más nos sorprendió fue la Crujicoca de Ternera, una propuesta realmente lograda. Su textura hace honor a su nombre: extracrujiente, con un equilibrio perfecto entre los ingredientes y un sabor que deja huella. Sin embargo, la experiencia con la pizza no fue tan satisfactoria. Nos dejó un poco choff, ya que la masa era demasiado esponjosa, hasta el punto de recordar más a un brioche que a una base de pizza tradicional. A pesar de ello, los ingredientes utilizados eran de buena calidad, algo que siempre se agradece. Otro punto a mejorar es el tamaño: la pizza grande resulta algo justa, mientras que la pequeña se queda en una ración demasiado escasa en relación con su precio. El servicio fue muy agradable, con una camarera atenta y con buena disposición para que nos sintiéramos a gusto. Sin embargo, hubo un detalle que desentonó en la experiencia: ver al dueño del local tomando cerveza en medio del salón como si estuviera en el sofá de su casa. Este tipo de actitudes restan. Insisto, la relación calidad-precio es un poco desproporcionada.

Ubicada en el encantador pueblo de Valderrobres, la pizzería Esencia ofrece un ambiente acogedor, ideal para disfrutar de una cena tranquila. Su servicio destaca por la rapidez y la amabilidad, con un personal atento que se esfuerza por hacer sentir cómodos a los comensales. Uno de los platos que más nos sorprendió fue la Crujicoca de Ternera, una propuesta realmente lograda. Su textura hace honor a su nombre: extracrujiente, con un equilibrio perfecto entre los ingredientes y un sabor que deja huella. Sin embargo, la experiencia con la pizza no fue tan satisfactoria. Nos dejó un poco choff, ya que la masa era demasiado esponjosa, hasta el punto de recordar más a un brioche que a una base de pizza tradicional. A pesar de ello, los ingredientes utilizados eran de buena calidad, algo que siempre se agradece. Otro punto a mejorar es el tamaño: la pizza grande resulta algo justa, mientras que la pequeña se queda en una ración demasiado escasa en relación con su precio. El servicio fue muy agradable, con una camarera atenta y con buena disposición para que nos sintiéramos a gusto. Sin embargo, hubo un detalle que desentonó en la experiencia: ver al dueño del local tomando cerveza en medio del salón como si estuviera en el sofá de su casa. Este tipo de actitudes restan. Insisto, la relación calidad-precio es un poco desproporcionada.

Hoy hemos cenado en este sitio y tanto el servicio cómo la comida ha sido de primera. Las raciones son generosas, perfectamente para compartir y los precios razonables. El personal es muy atento, cortés y profesional. El anfitrión aún más. Volveremos dentro de poco. Muy recomendable. Good job. Well done indeed.

Buenas pizzas y trato cordial, recomendable para volver a ir.

Servicio muy atento, trato cordial, pizzas exquisitas y naturales. Un hallazgo en el Matarranya....!!!

¡Hemos ido el otro día la pareja y yo, pizzas maravillosas y personal muy cariñoso y atento! Volveremos

Fuimos por recomendación. La verdad que habían tantas pizzas que no sabías cuál elegir, estaban super buenas!!!! Es cierto que el servicio es algo lento y la presencia de la pizzería no tiene el impacto de atraerte a que entres pero la verdad, las pizzas merecen mucho la pena !!!