Pizzas bastante buenas a un precio muy razonable. Los camareros son muy amables.

Mi familia lleva yendo toda la vida a esta pizzería. Ayer, fuimos a celebrar el día de la madre, habíamos reservado a las 14:30. A esta hora nos dicen que tenemos que esperar un poco a qué se libere la mesa, ok. A las 14:45 preguntamos de nuevo y nos dicen que ya está casi, ok. A las 15h, deciden sacarnos unas cartas a la calle y nos dicen que vayamos eligiendo, que así tendremos ya la comida en la mesa cuando nos sentemos. Me parece del todo inadmisible que 6 personas tengan que estar esperando 30 mins en la calle cuando se tenía la reserva hecha hace días y que ni siquiera se tenga el detalle de invitarnos a algo de beber en las mesas de la terraza el tiempo que estuvimos esperando.

Desde hace 25 años voy regularmente a cenar, con amigos y ahora con mi mujer e hija.

Cerca de treinta años visitanto y comiendo en este lugar tan entrañable. He venido con mis tres hijos mis tres mujeres y alguna que otra amiga. Comida auténtica y trato muy especial. Sin duda un lugar que no te va a dejar indiferente.