Pepe el Torrao en Murcia

Hemos pedido vieiras, marineras, alcachofas con jamón, calamar a la andaluza, caballitos, postres como la tarta de queso, paparajote y no puedo decir otra cosa que estaba buenísimo. Una atención por parte del dueño y los camareros excelente.

Cada dos o tres años venimos a Murcia desde hace mucho tiempo y a Pepe El Torrao en sus diversas localizaciones habremos ido unas diez veces, de todas ellas solo hice una crítica en Tripadvisor hará más de diez años porque no repito localizaciones ya valoradas, ni restaurantes, hoteles, cosas que ver, etc, pero voy a hacer una excepción en este caso. La calidad del restaurante es incuestionable, materia prima, cocina, camareros, etc, es de lo mejor de Murcia sin duda. En este caso hemos tenido mala suerte, hemos pedido varias tapas y luego lubina y secreto, nos traen dos tapas y después la lubina, le decimos que faltaba el bacalao con tomate, pero que ya no nos lo traigan, evidentemente un error grave, da igual si del camarero que tomó nota o de quién sea, pero han tardado 14 minutos en traer el secreto con lo que el pescado estaba frío, durante ese tiempo han venido tres veces con vino blanco como si lo hubiéramos pedido, supongo que el cliente que lo había encargado también lo habrá estado echando en falta. Se han disculpado, lógicamente lo hemos aceptado y no lo hemos dado mayor importancia. Dejo constancia porque este tipo de restaurantes deben de cuidar este tema, no se debe traer un segundo cuando el otro no se ha empezado a cocinar. Por supuesto la siguiente vez que venga a Murcia volveré y estoy seguro que tendré que repetir una crítica de un local que ya he criticado para volver a ponerle un cinco. Insisto, producto y cocina impecables. Correcto precio.

El servicio muy bueno y profesional y comida bien hecha.

Relación calidad/precio buena. Tienen un buen producto. Buena elaboración. Servicio atento y empático. Los gemelos David y Víctor hacen un buen tándem. Local bien acondicionado. Aconsejable reservar los fines de semana.

Conozco a la familia hace ya un tiempo, pero no había tenido el privilegio de comer en su restaurante hasta esta noche, fuimos mi pareja y yo a cenar y fue una experiencia gratificante. David y Víctor son los dueños de este establecimiento y las personas que me han proporcionado un servicio atento, educado y exquisito. Pedimos un albariño bastante fresco y suave para acompañar los platos que nos dieron. De primero unas olivas encurtidas de parte de la casa de gran sabor, seguido de una ración de ensaladilla de marisco fresca y de gran calidad. Unas croquetas de jamón que rebosaban sabor y daban a notar el toque casero que en muchos sitios uno echa en falta, obviamente acompañadas de los tan míticos caballitos que llevan generaciones en la familia torrao con esa receta que demuestra que aveces lo tradicional supera a lo moderno. Seguido todo de un tartar de atún rojo con huevas de salmón y alga wakame, el cual traía de vase y acompañamiento un aguacate bastante bueno y una salsa picante pero riquísima para mojar ese atún rojo. Para cerrar los platos principales una fajita de carrilleras que se derretían en la boca que descansaba sobre una salsa dulce que le daba su toque, y un entrecot de ternera al punto perfecto con sal de cristal y una guarnición de patatas fritas caseras y pimientos plancha que prometo no dejaría indiferente a nadie. De postre nos pusieron una tarta del abuelo con una superficie de chocolate blanco y Lotus para morirse y unos chupitos artesanales de licor de arroz con leche bastante buenos. Mención honorífica a su pan de semillas artesanal. Da gusto ir a sitios así, en los que se nota el amor por lo que hacen, el esfuerzo que le ponen y la tradición que llevan ya por 3 generaciones de trabajo, mantenimiento esas recetas que te recuerdan que lo mejor no es siempre lo más novedoso, sino las raíces de la gastronomía murciana que nos define, gracias David y Víctor por esta agradable noche.

Conozco a la familia hace ya un tiempo, pero no había tenido el privilegio de comer en su restaurante hasta esta noche, fuimos mi pareja y yo a cenar y fue una experiencia gratificante. David y Víctor son los dueños de este establecimiento y las personas que me han proporcionado un servicio atento, educado y exquisito. Pedimos un albariño bastante fresco y suave para acompañar los platos que nos dieron. De primero unas olivas encurtidas de parte de la casa de gran sabor, seguido de una ración de ensaladilla de marisco fresca y de gran calidad. Unas croquetas de jamón que rebosaban sabor y daban a notar el toque casero que en muchos sitios uno echa en falta, obviamente acompañadas de los tan míticos caballitos que llevan generaciones en la familia torrao con esa receta que demuestra que aveces lo tradicional supera a lo moderno. Seguido todo de un tartar de atún rojo con huevas de salmón y alga wakame, el cual traía de base y acompañamiento un aguacate bastante bueno y una salsa picante pero riquísima para mojar ese atún rojo. Para cerrar los platos principales una fajita de carrilleras que se derretían en la boca que descansaba sobre una salsa dulce que le daba su toque, y un entrecot de ternera al punto perfecto con sal de cristal y una guarnición de patatas fritas caseras y pimientos plancha que prometo no dejaría indiferente a nadie. De postre nos pusieron una tarta del abuelo con una superficie de chocolate blanco y Lotus para morirse y unos chupitos artesanales de licor de arroz con leche bastante buenos. Mención honorífica a su pan de semillas artesanal. Da gusto ir a sitios así, en los que se nota el amor por lo que hacen, el esfuerzo que le ponen y la tradición que llevan ya por 3 generaciones de trabajo, mantenimiento esas recetas que te recuerdan que lo mejor no es siempre lo más novedoso, sino las raíces de la gastronomía murciana que nos define, gracias David y Víctor por esta agradable noche.

Somos habituales del restaurante y TODA la comida está buena SIEMPRE y no es por hacer la pelota,ves cierto. Me chiflan las vieiras, las recomiendo encarecidamente (lo q más me gusta). El tartar de Atún es una pasada, repleto de sabor, saboreas el atún, el picante, el aguacate, la salsa.. el pulpo tierno y los montaditos de solomillo con foie un clásico q no decepciona. Se nota cuando la comida es de calidad y artesana. Seguiremos disfrutando de la comida y su servicio.

El mejor secreto ibérico que he probado en mi vida y excelente servicio y educación de los camareros muy recomendable

Es la segunda vez que venimos, nada más llegar te recomiendan algunos platos que merecen mucho la pena como el sashimi de atún rojo, el pincho de tortilla o las croquetas. Las cañas muy fresquitas y bien tiradas. Hemos probado la viera japonesa que es de llorar como su mini hamburguesa. Ni una pega al servicio, camareros estupendos y muy atentos. Sin duda volveremos!!

Un sitio de barrio pero con buena calidad y buen precio