Parador Hostal Dos Reis Catolicos Restaurant en Santiago de Compostela

Tuvimos una estancia encantadora de dos noches. El personal fue muy amable y eficiente. El desayuno estuvo delicioso. Las habitaciones eran amplias, limpias y cómodas.

Nos atendió Silvia Taboada en la recepción, la persona más encantadora que nos hayamos encontrado en Santiago. Volveremos !!

Excelente ubicación. Servicio y comida increíbles.

Ubicado junto a la catedral, estaba en reformas, pero el interior era maravilloso. El restaurante estaba en el sótano, con techos altos, muchos camareros y un servicio excelente. La comida estaba deliciosa. El gazpacho de aguacate estaba espectacular. Estaba delicioso.

Mi esposa y yo hemos estado en varios paradores (seis solo en este viaje por el norte de España). Varias veces me he preguntado si valen la pena, dado que suelen ser bastante más caros que otros hoteles de calidad en las mismas ciudades. El Hostal Real de Santiago de Compostela es uno de esos casos en los que me siento cómodo gastando un poco más en un parador. Al igual que el Parador de la Alhambra, el Hostal Real es el lugar ideal para alojarse si buscas la ubicación ideal, en la Praza do Obradoiro, justo al lado de la Catedral de Santiago de Compostela. Las habitaciones son preciosas, están bien distribuidas y equipadas. Los patios son magníficos. Las estructuras históricas están bien conservadas. El personal es muy cortés, profesional y eficiente en todos los aspectos. El desayuno también es excelente. Dos inconvenientes de este viaje: (1) No me enteré de que la fachada del Hostal Real estaba en obras hasta después de hacer la reserva y recibir un correo electrónico del parador. (2) No me enteré de que el acceso al Parador iba a estar restringido el 25 de junio debido a un evento religioso en la Praza do Obradoiro hasta dos o tres días antes de mi llegada. Habría sido muy deseable que me hubieran informado con claridad sobre estas limitaciones.

Hospedarse en el Parador de Santiago es sumergirse en la historia. Situado en el antiguo Hospital de los Reyes Católicos, su majestuosidad gótica y plateresca impresiona. Sus claustros, salones y vistas a la catedral lo convierten en una experiencia única. Es más que un hotel, es un viaje en el tiempo, una joya arquitectónica que honra el final del Camino. Un lujo inolvidable en el corazón de Compostela.

Excelencia en cada detalle Un hotel acogedor con instalaciones impecables y una decoración encantadora. El servicio fue excepcional: amable, profesional y siempre atento. Una experiencia que invita a volver por la calidez del lugar y de su gente.

El parador en sí mismo es una pasada, merece la pena hospedarse solo por tener la oportunidad de pasear por sus claustros y pasillos. Ubicacion inmejorable, claro. La habitación bien, quizás se me quedo algo baja para ser un 5 estrellas

Maravilloso ambiente y entorno. Me encantó el piano de cola en la entrada. Nos sorprendió un fantástico menú gourmet, que estaba delicioso y muy bien servido. Servicio impecable y precios extremadamente justos. Me encantó!

El comedor del restaurante es un auténtico lujo, con esos arcos de piedra realmente espectaculares y amenizando la cena las notas musicales de un piano. En lo gastronomico, estuvimos disfrutando de los maravillosos platos que salian de su cocina, generosos y bien presentados. A destacar el guiso marinero de fabas con rape y berberechos (una delicia), las zamburiñas gratinadas con aceite de cebollino, el pulpo con grelos y crema de queso de tetilla, el secreto iberico en hojaldre de mostaza y manzana confitada y en pescados la corvina en piel de papada ibérica: todo brillando a gran altura. Al igual que los postres, como la kombucha con bizcocho de limón o las filloas con crema, que estaban buenisimos. El trato del personal muy amable y exquisito. En resumen, una cena de lujo en una atmósfera fantástica.