Parador de Jarandilla de la Vera en Jarandilla de la Vera

Un castillo en pleno centro de Jarandilla, cin una gran historia. 💖 Precioso

Tomarse un café en un entorno tan especial bien merece la visita a este parador. El servicio es algo lento. La ubicación del parador en el centro del pueblo y al lado de un parque infantil está muy bien si viajas con niños

Gran sitio Muy bien ubicado para ver la zona Comida excelente Servicio amable y profesional

Maravilloso lugar para degustar productos de la tierra con un magnífico entorno. - Ubicación: Centro del Pueblo. - Se llega andando. Parking escaso. - Tamaño: Muy amplio y cómodo. - Limpieza: Muy bien. - Servicio: Muy profesional. - Calidad: Fantástica. - Cocina: Clásica. - Precio: Muy buena relación calidad precio. 50€/ persona. - Accesibilidad: Adecuada. - Digitalizado: Bastante.

Nos alojamos en tres Paradores durante este viaje y la comida en este restaurante fue, con diferencia, la mejor. Fue una pena que las torres estuvieran en mantenimiento y rodeadas de andamios, pero el ambiente era muy agradable. Este Paradore será recordado como uno de los momentos más destacados de estas vacaciones.

Como siempre dentro de unos de los mejores servicios de hospedaje y restauración. Buena gastronomía y enclave idílico en contacto con el pasar de los siglos..... Más que recomendable.

Demasiada calor en la habitación. Luego la atención del personal del restaurante y desayunos fenomenal , son todos unos excelentes profesionales. No olviden de pedir los huevos con bacon, todo en su punto .

Precioso parador ubicado en el castillo de los Condes de Oropesa, un lugar con mucha historia porque en el siglo XVI el emperador Carlos V pasó allí una temporada antes de retirarse al Monasterio de Yuste. Bonita habitación, desayuno muy bueno y variado.

Lugar espectacular y con mucha historia. El exterior del palacio, el patio interior con su arcada, los salones y la zona donde estuvo viviendo Carlos I. Las habitaciones amplias y cómodas y el personal agradable. Una experiencia alojarse aquí.

En el restaurante del Parador de Jarandilla de la Vera, la experiencia gastronómica alcanza niveles sublimes, especialmente en su insuperable pierna de cordero. Cada bocado de este manjar captura la esencia de la tierra extremeña, el sabor profundo de la tradición y la dedicación de manos expertas que saben hacer de la cocina un arte. La carne, cocinada con esmero hasta alcanzar una textura tierna y jugosa, se deshace delicadamente, dejando tras de sí una estela de aromas y matices que evocan el campo, el romero y el tomillo. El plato se presenta con una elegancia sobria y discreta, como un tesoro bien guardado, y cada elemento —desde la guarnición hasta la salsa— parece estar en perfecta armonía, resaltando la nobleza del cordero sin robarle protagonismo. Aquí, la comida es poesía en el plato, una oda al paladar y un homenaje a los sabores autóctonos de la Vera. Al cruzar las puertas de este parador, el comensal se convierte en testigo de una experiencia sensorial donde el tiempo parece detenerse, permitiendo que la memoria se nutra de recuerdos exquisitos. Sin duda, es un destino imperdible para quienes buscan degustar la excelencia y la autenticidad en su forma más pura.