Parador de El Saler. Restaurante Embarcador en Valencia

Un entorno espectacular, buena decoración y estupenda gastronomía. Un lugar donde pasas a otra dimensión para olvidarte del estrés y disfrutar del Parador, del golf, del mar.... La atención es sobresaliente. Así que vuelvo una y otra vez porque llegar allí automáticamente me hace feliz.

Las vistas bonitas y la comida no está mal pero le faltaba sal a todo y la atención de los camareros justa .

Comida en La Barraca. La calidad bastante buena, el servicio muy poco profesional para ser un Parador (chicas muy jóvenes sin tacto ni experiencia) salvo por una señora que atendió bastante bien. La cantidad muy justita.

Si eres golfista bien. Si no hay que esperar a que llegue el verano para aprovechar la piscina.

A mi novio y a mí nos encanta venir aquí desde Madrid los fines de semana largos para descomprimirnos y recargar energías. En España suele ser difícil encontrar buenos hoteles que admitan perros, por lo que apreciamos la política sobre mascotas y los numerosos espacios al aire libre donde son bienvenidos. El entorno es realmente especial, en una reserva natural rodeada de vegetación y hermosas vistas al mar, y el hotel ofrece suficientes comodidades para pasar todo el día en las instalaciones (un gimnasio, una piscina, un spa, alquiler de bicicletas, fácil acceso a la playa y un bar con terraza al aire libre). Las habitaciones son cómodas y modernas, con balcones privados, agua embotellada y té/café de cortesía, buena presión de agua en la ducha y una conexión para transmitir pantalla. Muy buen desayuno buffet, y aprecio tanto la calidad de los productos locales que se ofrecen como el hecho de que ofrecen amplias opciones para veganos/aquellos con intolerancias dietéticas (¡incluso yogur de soja!). El personal es profesional y amable, e incluso cuando parecen tener poco personal, los camareros hacen todo lo posible para manejar la afluencia del desayuno de la mañana y del bar de la tarde de la manera más eficiente posible (un reconocimiento especial al camarero superhéroe Antonio, que a menudo maneja la carga de trabajo de 3 personas, pero siempre con una sonrisa en su rostro). La única sugerencia sería ampliar un poco el menú de comida para ofrecer algunas opciones más para los vegetarianos (ya que en el transcurso de 3 o 4 días, termino comiendo los mismos 1 o 2 platos una y otra vez, y ninguno de ellos tiene mucha proteína). También podría ser bueno ofrecer algo como un plato de fruta o snack bar en el vestíbulo, ya que no hay tiendas ni máquinas expendedoras cerca y el minibar sólo tiene un tarro pequeño de frutos secos.

El restaurante es absolutamente delicioso, especialmente la paella de Bogavente (langosta). El personal es muy agradable

Un buen lugar para desconectar en plena naturaleza

Excelente ubicación, está en pleno corazón del parque natural de la Albufera, además de estar en primera línea de playa. Recientemente lo han redecorado, dándole un aspecto más moderno y acogedor. En cuanto a las instalaciones, todo muy cuidado y limpio. Tiene amplias habitaciones, muy luminosas y con preciosas vistas. El spa es precioso e ideal para relajarse. Cuenta con un gimnasio muy bien equipado. También tiene una piscina al aire libre, un precioso campo de golf, campo de fútbol... Destacamos también su preocupación y labor para cuidar de la flora y fauna del entorno. Todo el equipo del Saler es muy profesional, atento y amable, te hacen sentir como en casa. 100% recomendable

Disfrutamos de una comida en familia aprovechando las ventajas de la tarjeta de "mesa para dos", que la verdad es bastante completa, un servicio acorde con la calidad del establecimiento y la comida estuvo extraordinaria tanto en calidad como en cantidad, aunque a decir verdad nos sobró comida por lo voluminosos que venían casi todos los platos.

Salle moderne et confortable avec une jolie vue. Cuisine excellente. Farton avec du Foie gras très fin, un poisson cuis à la perfection et un dessert emblématique à l’ orange délicieusement présenté. Nous y avons dîner le 01/01/25. La table de 2 personnes la plus au fond de la salle, très tranquille Le chef de salle accueillant et sympathique. Un serveur s’est occupé de nous ensuite et je profite de ce commentaire pour le féliciter. Il nous a servi chaque plat avec une présentation impeccable, avec beaucoup d’humour et de poésie. Il y à longtemps que nous n’avions pas rencontré un serveur aussi professionnel dans la Red Paradores. Je n’ai malheureusement pas retenu son nom mais il était le seul à avoir des cheuveux blanc en dehors du maître d’hôtel. Il se reconnaîtra, je profite de se commentaire pour lui renouveler nos remerciements pour cet excellent moment et invite la direction de l’hôtel à le faire aussi.