Oliveto en Madrid

Para mí el mejor restaurante italiano en Madrid con un calidad precio insuperable . La comida es deliciosa: las pizzas y pastas son espectaculares, los antipastos muy sabrosos y el tiramisú, de los mejores que he probado. También tienen una excelente selección de vinos italianos. El servicio siempre es amable y eficaz. He ido muchas veces, la última con mis padres, y sigo volviendo con gusto. Muy recomendable

Un restaurante genial para poder disfrutar de una oferta diferente de comida italiana. Llevábamos tiempo con ganas de ir a disfrutar de su menú del día, si no recuerdo mal unos 15€ dos platos, bebida, pan y postre o café. Destacar que la comida estaba deliciosa (destacar los mejillones con un toque picante) y el trato del personal inmejorable. Si te apetece un restaurante italiano intimo y no sabes dónde ir, te lo recomiendo al 100%. Importante, el restaurante tiene pocas mesas, así que recomiendo que llaméis para reservar previamente.

Una auténtica maravilla de italiano. Para mi el mejor de Madrid.

Una de mis mejores comidas en Ma

Probamos la parmigiana de berenjena, los fagottini tapapies y pappardelle dello chef y estaba todo espectacular, especialmente la pasta. El menú del día nos pareció super bien de precio y muy completo. Muy recomendable!

Comida de cumpleaños en el restaurante Oliveto, es un sitio pequeño, así que es necesario reservar. Mesas bien separadas. Los dueños son italianos. Platos con bastante comida, nadie se queda con hambre. Comimos de primero la Burrata de pistacho y las berenjenas a la Parmigiana, todo muy rico y fresco. De segundo los espaguetis a la carbonara y una pizza Speranza que hubo que compartir porque es demasiado grande. De postre el tirámisu, tarta de queso y el coulant, no demasiado dulce. Volveremos a probar más platos.

Restaurante italiano realmente encantador y muy popular en una buena zona del distrito de Lavapiés de Madrid. La comida era excelente y el personal era amable y genial con nuestros hijos. Muy recomendable pero hay que reservar ya que llegamos el sábado y estaba lleno.

Recomendado por una clienta que ha venido varias veces, me lo recomendó. Como dice un dicho más vale prevenir que curar, y mejor reservar, como hice yo. Según entras el local verás que es pequeño, un restaurante de más de 10 años, en esta zona de Madrid. Su carta no es grande, pero diferentes opciones para comer. Afortunadamente tienen Mahou tostada 0,0 Me pedí un plato de pasta con salsa de pistacho,.muy rico. Destacar la buena atención al cliente. Y sugerencias para el futuro, un local más grande, por qué con la alta calidad de sus platos, siempre se os llenara el comedor

Gran cena casual. Pequeño lugar con grandes sabores. Mi esposo dijo que el plato de berenjena estaba genial, y mis bolas de espinaca y queso estaban deliciosas, tanto esa noche en la cena como al día siguiente, frío, para el almuerzo. Las porciones eran razonables. Lindo lugar nos topamos, por suerte, porque nos olvidamos de hacer una reserva esa noche. Un feliz hallazgo.

Llamamos para reservar y nos ofrecen dos turnos, 1:30 y 15 horas. Elegimos el segundo turno. Llegamos a las 3:03 y no tenemos mesa, nos dicen que hay que esperar hasta que se levante alguna mesa que ya han acabado, que no pueden hacer nada. Eso ocurre alrededor de 15 minutos después. Mientras tanto espera de pie en medio de las mesas de las personas que estaban comiendo, fuera hacía mucho frío y estaba lloviendo. Muy desagradable. El comedor es muy pequeño con dos partes, una nada más abrir la puerta donde hay una barra y otra muy cerca en el interior. Mesas muy juntas y pequeñas. Menú por 14,50 € con 7 primeros, 7 segundos y tres postres (no quedaban más) a elegir, incluye bebida, pan y postre o café. Pedimos Cozze alla Liveornese (mejillones), Parmigiana (lonchas de berenjena), Pappardelle dello Chef (cintas de pasta), Gnocchi alla Carrillera (noquis de carrillera), de postre tartaleta de mermelada de melocotón. Nos gustaron más los primeros, el postre muy seco. Raciones escasas aunque el precio es ajustado. Servicio diligente y amable. Acabamos y todas las mesas que ya estaban cuando nosotros llegamos (no eran del segundo turno) aún estaban sentadas charlando amigablemente. Si no indican al primer turno el tiempo que tienen para comer no deberían poner dos turnos.