Ola Martin Berasategui en Bilbao

Fuimos al brunch/desayuno para celebrar una ocasión especial. Estaba todo muy rico. No había nadie más, muy buena atención.

He ido a comer con mis hermanas y nos ha gustado mucho. Reservamos hace tiempo ya que teníamos muchas ganas de probar el universo de Martín Berasategui. Hemos probado el menú degustación mediano y hemos salido encantadas. El servicio ha sido excepcional, el sitio es precioso y está muy bien ubicado. En cuanto a la comida nos ha gustado mucho y lo recomendamos. 🥰

Experiencia buenísima, todo esquisto y no me parecio caro para la calidad del producto,. Lo recomiendo, servicio y trato muy bueno

Un paraíso de texturas, colores y sabores en tu paladar y en el resto de sentidos. Servicio amable e impecable.

CRÍTICA CONSTRUCTIVA – Restaurante Ola de Martín Berasategui (Bilbao) Visitamos el restaurante Ola (1 estrella Michelin) y, aunque la comida fue excelente, hubo varios detalles del servicio que no estuvieron al nivel esperado. Uno de los comensales tenía intolerancia al ajo. Aunque es cierto que se nos olvidó avisarlo, al comentarlo en sala fueron muy repetitivos recordando que deberíamos haberlo dicho antes, pero sin ofrecer soluciones reales. En el plato de kokotxas de merluza, la única alternativa fue reducir el ajo en la salsa para toda la mesa, cuando lo adecuado hubiera sido servir el plato sin salsa a la persona con intolerancia u ofrecer una opción alternativa a dicha persona. Al no tener opciones, dos de nosotros salimos a una farmacia, indicando desde el primer momento que solo tardaríamos unos minutos. Aun así, se nos dijo que no iban a esperar y que debían empezar a servir los platos, algo que nos sorprendió para un restaurante así También hubo un error con una alergia a las ostras: el plato modificado llegó a la persona equivocada y el plato con ostras se colocó frente al comensal alérgico. Al darnos la explicación sobre el plato fuimos nosotros quienes nos dimos cuenta y corregimos el error. A esto se sumaron pequeños fallos de servicio: manchar el mantel al servir el vino, tocar cubiertos en varias ocasiones y no retirar las migas de pan de la mesa tanto como se esperaría. La cocina nos pareció sobresaliente, y por eso mismo queremos dejar una crítica constructiva para que estos aspectos puedan mejorar.

Vinimos y disfrutamos del menú degustación con maridaje de vinos, lo mejor de la cocina de Martín Berasategui. Duró unas tres horas. Disfrutamos muchísimo de la experiencia; aún no sé si mi plato favorito fueron las ostras o la lubina.

La comida y el servicio fueron excelentes. A nuestra mesa de cuatro solo nos permitieron elegir uno de los menús degustación. No entendí por qué no podíamos probar uno de cada uno. Pero volveríamos sin dudarlo.

En general, la comida es sabrosa y creativa. Sin embargo, la experiencia gastronómica en su conjunto deja mucho que desear; de un restaurante de este nivel, uno esperaría atención hasta al más mínimo detalle. Por ejemplo, no hay baño en el local; los comensales son enviados a un hotel cercano. Aunque el menú degustación incluye postre y se ofrece té, por alguna razón se cobra aparte, y el té en sí es bastante mediocre, una simple bolsita de té. Otro aspecto a mejorar es que se utiliza el mismo tipo de cubiertos para muchos platos diferentes, lo cual no siempre se ajusta a la presentación ni a la forma en que se supone que se debe disfrutar la comida. Los camareros realizan sus tareas de forma muy mecánica, recitando diálogos memorizados en voz baja y rápidamente con un fuerte acento, mostrando poca implicación genuina.

Sitio coqueto con personal muy amable y cualificado. Ambiente tranquilo. Pedimos 2 menús ejecutivo. Para beber, agua con gas de Solan de Cabras. Hay opcion de agua del grifo gratis. En estos menús degustacion, el primer plato es el pan, seguido de 2 crackers para untar unas mantequillas . Como voy a dejar fotos, no voy a comentar más. Sí comentar que ,para el plato de carne, podrían haber presentado una pieza más gourmet y no presa ibérica que tampoco estaba del otro mundo. El café muy bueno. Comentar que cuidado en este tipo de locales al pedir algo que se sale del menú porque puede haber sorpresa.

Disfrutamos mucho de la experiencia. Queremos agradecerle su amabilidad al atender nuestra inusual solicitud de reemplazar uno de los aperitivos característicos para uno de los comensales: las “aceitunas condimentadas”. Nos atendieron maravillosamente en un ambiente relajado y acogedor. El menú elegido, "Lo mejor de la cocina de Martín Berasategui", nos pareció excelente y suficiente para una comida. Obviamente, hubo platos que nos sorprendieron excepcionalmente y alguien no tanto... Por ejemplo, no pudimos apreciar la selección de mantequillas, o el whisky agrio de maracuyá. Es cuestión de gustos... Sin embargo, nos encantó cualquiera de los platos "marisqueros", como la sardina crujiente, la anguila ahumada, las gambas rojas y especialmente los camarones, la ostra y el begi haundi. También destacamos la tortilla líquida y la paloma a la parrilla. Y entre los postres, especialmente la pera y la granita de apio, y por supuesto las rocas de chocolate y el bombón de avellana. Finalmente, consideramos que los platos se anunciaron demasiado rápido. Habríamos apreciado una forma mucho más lenta, permitiéndonos disfrutar de la complejidad de su composición desde el principio, antes de pasar a degustarlas. En cualquier caso, esta opinión no pone en duda nuestra valoración del servicio, que nos proporcionó un apoyo excepcional durante toda la cena.