Esta coctelería mítica, con más de 80 años a sus espaldas, ha sabido conservar lo mejor de su historia, llena de glamour y encanto, sin perder el tren de la modernidad.
Por lo demás, el Museo Chicote, este templo del cóctel madrileño indiscutible, se mantiene igual desde 1931.
Ahí siguen los mismos sofás que en su época usaron Ava Gardner o Grace Kelly y las sillas de metal cromado de los años 50 donde seguramente se sentaron Bette Davis o Frank Sinatra. La lista de personajes ilustres del cine, el teatro, la música, la literatura… que han atravesado sus puertas es casi infinita. Y hoy en día así continúa, sin Chicote, pero como en sus orígenes, con ese toque canalla y, a la vez, glamouroso.
Unos cócteles que quitan el hipo y muchas cosas más, un ambiente exquisito, tranquilo, moderno y con encanto y un público de lo mas variado que mantiene el gusto por la buena música y, claro está, por sus combinados.
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