Monocrom en Barcelona

100% recomendable, especialmente las albóndigas y los macarrones gratinados. Volveremos seguro.

Servicio profesional y amable, ambiente agradable y comida excelente junto con una amplia selección de vinos. ¡Muy recomendado para una experiencia de calidad!

El servicio es lento , pero el trato es agradable . Los macarrones están ricos pero no me parecen extraordinarios como para pagar lo que piden . Que si lo fueran , no tendría inconveniente pero no lo son . Las albóndigas están muy buenas y lo mismo puedo decir de las patatas que las acompañan. El pastel de chocolate , también está rico. Lástima que el café sea de filtro ! Lo que empeora la experiencia por lo menos por la noche , es la ubicación de la terraza . La plaza tiene encanto , pero el lugar en el que está ubicada la terraza hace que la acústica sea terrible y si tienes alrededor mesas de 4/6 personas , es prácticamente imposible hablar con tu acompañante . A eso hay que sumarle propietarios de perros que bajan 2 horas a la plaza , para hablar con otros propietarios y se desentienden de sus mascotas que libremente deambulan entre las mesas . En resumen un gallinero entre el vocerío y los ladridos. Para terminar la relación calidad- precio es un poco elevada para lo que ofrecen y en eso incluyo el servicio y el local también .

Hermoso descubrimiento. Menú variado y particular. Unos platos realmente excepcionales. Definitivamente vale la pena probar las mollejas, el tartar de medregal, el stracchino de nabo rojo y pistacho y muchos otros. Volveremos a la primera oportunidad.

Espacio excelente, servicio atentísimo aunque a veces entre platos han tardado un poco, atención óptima. La comida es exactamente lo que debería ser por todas partes: propuesta elaborada con sencillez y calidad. Recomendado por amantes de los vinos naturales y la cocina catalana tradicional con incursiones tolerables. La única nota negativa sería el precio, exactamente 50€ por 2 platos por cabeza y postre (pan y agua), sin necesidad de ser ninguna propuesta de astronomía, pero supongo que Barcelona ya no baja de ello. Vale la pena, porque está bien bueno e incluso el postre es delicioso, pero pica fuerte en el bolsillo. Ambiente tranquilo y personal del barrio, bastante desinfectado de turista despistado.

Muy agradable. Buena comida. Terraza ideal para ir con niños a comer porque tiene un parque infantil a 20m.

Buena comida y vino natural. Terraza en una plaza tranquila

Mi pareja y yo somos clientes habituales. La oferta de vinos es inmejorable y la relación calidad-precio tanto del vino como de la comida son realmente buenas. Valoramos muy positivamente también el servicio de ROCÍO, la sommelier: es encantadora y siempre nos atiende con muchísima amabilidad, dedicación y pasión por su trabajo. En cuanto a la comida, somos muy fans de los macarrones (imprescindibles), las croquetas y las albóndigas. Y, por supuesto, recomendamos acompañarlo todo con una ración de pan con tomate... espectacular!

Sitio muy acogedor, el servicio es muy amable y los platos son exquisitos. ¡Volveremos!

Buenísimo Restuarante! Con todo lo bueno de un espacio gastronómico: La comida El espacio El trato ¡Volveremos! Marina es la mejor, ¡por cierto!