Milagros Golf en Miengo

un buen hotel al lado de la playa buen servicio y buena comida

Fuimos el puente de diciembre a pasar el fin de semana. Teníamos incluido el acceso al spa que fue una auténtica decepción. Solamente tiene una piscina de agua (templada) porque ni siquiera está caliente, un jacuzzi de 3/4 personas y un sitio de baño turco. Lo que más nos indignó es que siendo un hotel de 4 estrellas no tenga ni vestuarios (te tenías que cambiar en los baños) ni tampoco taquillas para guardar tus pertenencias. Eso no es de recibo en un hotel de 4 estrellas, hablamos con otros clientes y estaban igual de cabreados que nosotros. Las habitaciones están bien, son amplias y cómodas. El personal del hotel muy amable, una pena que el spa sea así. Respecto a la cafetería y al restaurante muy buen trato aunque precios muy caros, por ejemplo una caña de radler 2.80€. Si eres fumador tampoco tienes donde fumar, hay una zona afuera tapada que se utiliza en verano y no tiene ni ceniceros. Lo único que merece la pena son las vistas del hotel en caso de que tengas habitación con vistas al mar y los masajes con diapasón de Laura, una auténtica profesional.

Estuve con mi pareja alojados en este hotel una noche con acceso a spa y con desayuno buffet. En general la estancia fue buena, la habitación bastante amplia, la cama cómoda y la almohada también, y el baño con bañera es grande y adecuado para dos personas. El spa del hotel es bastante sencillo, cuenta con una piscina central no muy grande con un par de chorros y dos camas de burbujas. Fuera de la piscina hay un pequeño jacuzzi (justo para dos personas). En otra sala también hay una ducha y un baño turco. Por último, el desayuno buffet es bastante variado. Tostadas variadas, bollería muy variada, fruta, yogures, zumos, café… también huevos fritos, salchichas, huevos revueltos… en general muy bien el buffet. La ubicación es una pasada, ya que se encuentra frente a la Playa de Usil y las vistas desde las habitaciones con vistas al mar son una pasada. Ahora bien, si buscas moverte y no solo descasar, necesitas el coche para ir a donde sea porque está en una urbanización donde apenas hay nada que hacer, solo casas.

En un entorno precioso e inigualable donde se respira tranquilidad y relax se encuentra este hotel amplio y bien decorado, pero se ve que ha pasado el tiempo y no han invertido ni un céntimo. Nos alojaron en una habitación superior con jacuzzi y vistas al mar y no tenía balcón, sin toallas de bidé, ni amenities, ni más almohadas. La cama amplia y cómoda, con banda de luz led de colores; todo limpio. Media pensión. El desayuno buffet era completo, los huevos al momento, y había de todo hasta leches vegetales. Los embutidos de mala calidad y sin tapar y sin frío. Al igual que el queso fresco y la tortilla. Se están jugando una intoxicación. Las cenas fueron muy ricas, buena presentación y de grandes cantidades en los platos ( dos platos y pos detre) pero la bebida te la cobran aparte. La materia prima de baja calidad. Patatas cocidas de varios días, lechuga de bolsa .... A un precio de 30€ Los camarer@s muy atentos. En noviembre es temporada baja y hay poca gente, pero no se puede tener una persona que lleve el comedor buffet, el comedor del bar, la barra del bar, las mesas, las mesas exteriores.

Estupendo sitio para tomar algo

Estuvimos super a gusto, la zona es preciosa, el hotel tambien. Los trabajadores de 10, la comida riquisima, el servicio de hosteleria profesional y muy agradable Mencion especial para Olga que supo convertir mis errores y mal humor en todo un acierto con profesionalidad y una sonrisa. Gracias

Un hotel que conserva sus 4 estrellas por el pequeño Spa. Hace 30 años sería muy distinto pero los años van pasando y se ven los efectos del paso del tiempo. Lo bueno es su ubicación , pero las habitaciones apenas tiene aislamiento acústico. El Spa está bien, una piscina es de tamaño medio con sauna y un jacuzzi. Se queda algo pequeño ya que nadie controla el aforo…

Sólo pongo reseña porque el restaurante del hotel es espectacular. El trato del camarero (creo que se llama Andrés) un 10. La comida otro 10. Volvería solo por la comida y el trato recibido. El hotel no es nada en especial. No tiene nada malo pero tampoco nada distintivo.

Éramos 2 para cenar. A finales de agosto, no tuvimos ningún problema para encontrar mesa sin reserva. El camarero que nos atendió lo hizo muy bien y nos gustó todo mucho. Es un local amplio con una amplia terraza. Nos sentaron en la terraza y, esa parte, nos resultó bonita. Están en frente de la playa. Pedimos 3 cosas para compartir. Unas anchoas Minho que estaban buenísimas. Unas zamburiñas que nos encantaron por que no las habíamos probado con un aderezo dulce....quizá se perdía el sabor de la zamburiña. Una merluza rellena que nos supo riquísima. De postre, compartimos una torrija de Brioche que nos gustó mucho también. Bebimos unas copas de vino de Godello. Pagamos unos 75 euros. El local es accesible. No puedo opinar de los baños por que no fui.

Fue una comida abundante, variada y muy rica, buen trato. Pedimos de entrantes pulpo, exquisito y zamburiñas con una salsa espectacular; de segundos tanto el rape, chipirones a la plancha y el bacalao en tempura muy bien elaborados todos, los postres tarta de queso, torrija de sobao de lujo. Hay que felicitar al cocinero, sin duda para repetir y recomendar.