Mediterraneo en Castelló de la Plana

Es un buen restaurante, a menos que la ultima vez que fuimos el arroz y el menú por lo general no estuvieron a la altura del sitio.

Bonito local. Limpio. La atención de Antonio, para algunas personas, podría ser excesiva. No hace falta tanta atención. El servicio fué un poco lento, sobre todo al principio, tardaron más de 20 minutos en tomarnos nota. La comida, bueno, un poco cara para lo que es. Los arroces quizás sean muy buenos (no los he probado), pero el rape por ejemplo estaba soso y al caldo le faltaba sabor, para mi gusto. El lenguado con almendras paraba un poco dulce. La sardina con brioche buena y el sorbete de albahaca muy bueno. El parmesano con foia muy bueno. Los postres estaban buenos.

Cálida acogida, cocina respetuosa con el producto local y raíces familiares del establecimiento y extensa carta de vinos y cavas. Arroz de sepia y pulpo para disfrutar de lo lindo.

Un auténtico lujo gastronómico en el Grao, sorprendente relación calidad precio.

Es un acierto seguro .todo está riquísimo .es sin duda de los mejores sitios para comer en Castellón .los camareros muy serviciales y pendientes de ti en todo momento . Un 10 en mayúsculas .

Todo muy bueno 100% recomendado,está muy lindo,limpio y aseado

Magnífica cocina, es la 2° vez que comemos en el y cada vez nos siguen sorprendiendo por sus trabajos e imaginación.

Pedimos unos primeros antes que el arroz a banda. La sardina está esquisita y el arroz está buenísimo. Personal muy agradable y atento.

Una experiencia redonda en todos los sentidos El Restaurante Mediterráneo, en el Grao de Castellón, es de esos lugares que no se olvidan. Detrás hay una familia de hosteleros con cuatro generaciones a sus espaldas, y actualmente son tres hermanos quienes llevan las riendas: uno en cocina, otro como sumiller y el tercero al frente del servicio en sala. Y eso se nota. La comida es un espectáculo. Empezamos con una torrija con tomata de penjar y sardina ahumada absolutamente deliciosa, seguimos con un increíble helado de parmesano con foie, maíz tostado y frambuesa, y no podían faltar las navajas a la plancha ni el maravilloso rossejat con carabineros, pulpo y sepia. Todo perfectamente ejecutado, con sabores nítidos y llenos de matices. El trato fue inmejorable, profesional y cercano desde el minuto uno. La bodega nos sorprendió por su calidad y equilibrio. Y el local, amplio, bien decorado, con mesas cómodas y bien espaciadas, invita a disfrutar con calma. En resumen: un restaurante con alma, talento y muchísima dedicación. ¡Volveremos sin duda!

Atención cliente genial, buena carta de presentación, con buenos platos a escoger, sin lugar a dudas a,recomendar y para repetir, carta,de vinos de la región y nacionales y postres de autor. Lo recomiendo 100 x 100. Volveremos !