MARTXO BGC en Bilbao

No lo conocia y me sorprendio. Tienen muy buen producto. El comedor algo pequeño por lo que recomendaria reservar.

Muy buena calidad y sobre todo, una atención excelente.

Muy buena experiencia, materia de primera y muy bien elaborada. La lubina perfecta

Muy buen género. Camareros super amables. Aconsejan muy bien. La lubina precio excesivo. Las mollejas muy ricas. Los postres están muy buenos

La comida era muy sabrosa, el vino también era bueno. Sólo la tarta de queso era menos buena en mi opinión. Los camareros eran agradables, la esfera era buena. Yo volvería.

Sitio top 1 para desayunar un pincho de tortilla en Bilbao. Hay varias a elegir y todas suuper buenas. Poco hechas y la patata suuper fina. Nuestra favorita la de txistorra 🤝🤝

Sin comentarios , son unos cracks y es para quitarse el sombrero unos grandes maestros deleitando paladares .. un fuerte abrazo a todo ese equipo ..

Una sorpresa dentro de la gastronomía bilbaína en un restaurante joven con tres emprendedores qué basan su trabajo en una cocina de producto bien realizada. Un excelente menú degustación a un precio muy competitivo con opciones como la carrillera, la merluza perfecta, una fantásticas alubias con gamba roja acompañadas de otros pequeños bocados y detalles varios. Bodega bien acondicionada con vinos de varias regiones a precios muy competitivos. Servicio joven y atento. En definitiva un restaurante a tener muy en cuenta y en el que también se puede picotear en barra y mesas cercanas a ella.

Hemos cenado en este restaurante hace unos días. El comedor es pequeño, pero está bien iluminado y la distancia entre mesas es correcta, por lo que el ambiente es agradable. El personal que nos atendió fue muy amable y profesional, y el servicio fue muy rápido teniendo en cuenta que el comedor estaba completo. La comida fue simplemente espectacular. Tomamos cecina, croquetas de jamón, chuleta de atún rojo y de postre torrija y tarta de queso. Todo muy rico y bien presentado. Mención especial para la chuleta de atún rojo: hecha por fuera, casi cruda por dentro, buena temperatura, textura increible y un punto de sal que redondeaba el plato. En resúmen: un buen restaurante con buen ambiente y una comida estupenda.

Restaurante bastante nuevo, pequeñoy moderno en cuanto a decoración. Su tipo de cocina que es tradicional vasca. El comedor dentro está pasando el bar y tiene unas pocas mesas. En cuanto al servicio, el trato es muy bueno por parte del personal, haciendo que los clientes se sientan a gusto. Antes de empezar a comer te sacan un aperitivo y un cóctel que me pareció muy rico. En cuanto a la comida el primer entrante escogido fue el sashimi de atún. Antes de traerlo te presentan un plástico de Balfegó para presentar la marca de atún rojo que emplean y demostrar que es atún rojo de verdad. El problema que veo a esto es que si luego el plato no cumple las expectativas generadas te llevas un chasco. No pongo en duda que fuese atún rojo pero creo que estaría mal descongelado o algo pasó porque para mi gusto estaba bastante soso. Hasta tuvimos que pedir un poco de sal porque el aliño tampoco ayudaba al gusto del atún. He comido atún rojo balfegó muchas veces y este no estuvo a la altura para mi gusto. De segundo entrante pedimos el steak tartar. Este me atrajo mucho más que el anterior. Sabroso, bien aliñado, con el picante que pedimos y la picada a cuchillo muy buena. Como principal tomé el bacalao dos gustos. Me invadieron los recuerdos de cuando lo tomaba a los "3 gustos" (bizkaina, pilpil y club ranero) en el cercano y mítico Guria, ya desaparecido. Este no estaba al mismo nivel pero estaba rico. La salsa bizkaina la prefiero con un gusto más pronunciado al choricero. El pilpil sí me gustó. La tajada de bacalao buena calidad y bien de punto de salado. La ración no es diminuta pero tampoco enorme. En general plato muy disfrutable. La cuenta no fue barata pero acorde al tipo de comida y localización. Es cierto que el comedor es pequeño pero acogedor y el servicio vi que pone mucho esmero y te tratan con una sonrisa y amabilidad. Obviando el sasimi me gustó la comida y estoy seguro que si vuelvo comeré todavía mejor aunque haya sitios en Bilbao de comida tradicional vasca que me gusten más.