Un ambiente sofisticado y lleno de vida que invita a saborear las recetas de siempre cocinadas a fuego lento, porque aquí los detalles marcan la diferencia.
Disponemos de menú del día de lunes a viernes y reservados especiales para grupos.
Fuimos un grupo sin reserva previa y nos atendieron muy bien. La camarera que nos tocó era muy amable y simpática.
Cocina de mercado y precio razonable. Servicio rápido.
El sitio me encanta, la comida está rica y fantástico menú, mejor pedir cita, siempre a tope, a veces mucho ruido pero tengo que quitar una estrella porque en la mesa 37 el jueves pasado un camarero alto moreno estaba totalmente pasando de todo, tardamos 2horas y media en completar la comida, entre plato y plato del menú una hora y pedimos 3 veces pan que no llegó, pedíamos alioli y tras 5 veces muy educadas, el camarero decía si si, el si si debía ser en su idioma no no. Si fuéramos clientas despotas y de protestar y montar números en vez de ser adecuadas hubiera sido diferente no? Nos obligan a ir por la vida gritando para conseguir un mínimo? Pues no, educación sobre todo y callámos, lo dijimos al pagar. Si leéis esto y no os hacen caso, recomiendo decirle al camarero que pides hablar con el encargado, eso, o estar allí esperando eterno, elije. Gritar no, por favor, seamos conscientes que todos tenemos un mal día no?
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