26/06/2025: Este restaurante rústico es una joya escondida en el barrio, que sirve platos europeos caseros pero sofisticados, con ingredientes de alta calidad y gran atención al detalle.
Empezamos con la cesta de pan, servida con tomate seco y mantequilla de parmesano. La comida estaría genial si sirvieran mantequilla casera.
Los entrantes fueron lo mejor de la noche. Las croquetas de champiñones tenían sutiles sabores a trufa y tierra. También pedimos las albóndigas de merluza y gambas, que también estaban buenísimas.
Los platos principales tenían una buena relación calidad-precio y las raciones eran generosas. Las carrilleras ibéricas tenían un sabor sorprendentemente dulce, gracias al jerez de la salsa. La única pega, sin embargo, es que las albóndigas estaban un poco secas.
Aunque se anunciaba como suflé de chocolate, el postre parecía un fondant, ya que el centro seguía siendo blando y líquido. La pavlova era más bien dulce, pero maridaba a la perfección con una enorme torre de nata y frutos rojos.
Ciertamente fue una sorpresa que hubiera tan pocos clientes en este restaurante, dada la excepcional calidad y servicio que hemos recibido.
26/06/2025: Local con personalidad, al igual que su cocina que no se limita a los típicos platos sino que innova y les da su toque personal. El servicio atento y profesional.
Hemos pedido de entrante una burrada con gambas al ajillo, y de segundo un canelón de rabo de toro, y albóndigas con caponata. Vamos con cada uno de ellos por separado.
La burrata con gambas (4) al ajillo, estaba muy buena, la salsa que acompaña a las gambas que no es aceite le da un toque a la burrata realmente novedoso y rico.
El canelón de rabo de toro estaba rico, a mi gusto algo demasiado potente la salsa del guiso de carne, pero es lo que le da el toque al canelón para darle vida.
Las albóndigas con caponata (platos italiano parecido al pisto pero distinto, con berenjena, aceitunas...) me ha gustado bastante. La carne me recordaba un plato francés, la raclette, con un sabor que no gusta a todo el mundo pero a mí me ha parecido muy rico, y mbien acompañado con la caponata.
De postre nos pedimos una mousse de tiramisú. Aquí siento no coincidir con el cocinero, la falta de amareto desmerecia el postre. La mousse estaba muy buena, pero el bizcocho y el café sin amareto a mi gusto deslucian el postre.
Resumiendo, deseando volver a probar más platos de restaurante, unmuy buen descubrimiento en la zona.