L'Obrador es una forma de entender y trabajar el pan, desde 1963 con las manos en la masa, donde aroma del pan recién hecho consiguen despertar nuestros sentidos.
Los croissants de mascarpone y pistacho están buenísimos, súper crujientes y con mucho sabor. Se nota que cuidan lo que hacen.
Lo único que ya no me gusta tanto es el pan de sarraceno... antes tenía mejor formato, ahora cuesta cortarlo bien.
Aun así, sigue siendo una de mis pastelerías favoritas en Barcelona