Llisa negra en Valencia

Quiero aclarar desde ya que esta reseña se centra ÚNICAMENTE en el servicio. No probé la comida, aunque el restaurante en sí es muy bonito por dentro. Pero... Llegamos y nos sentamos. Todo estuvo maravilloso. Pedí un café y mi amigo una copa de vino. Luego le preguntamos al camarero si tenían postres, y nos dijo que no podía traerlos hasta que termináramos el plato principal. Mi amigo pidió tartar. A lo que el camarero respondió: "¿Están bromeando? ¿Un plato para dos? ¿Se dan cuenta de qué tipo de lugar somos?". Claro, en ese momento no lo entendimos. Nos dijo que esto era un restaurante, no un bar, y que deberíamos tener una comida decente. El menú que nos trajo solo nos permitía pedir un plato cada uno. Le preguntamos cuál era el problema si mi amigo se comía el tartar y yo pedía postre. El camarero se irritó visiblemente y nos preguntó si entendíamos dónde estábamos. Y que si no estábamos preparados para lo que ofrecía su restaurante, debíamos irnos. Así que eso hicimos. Nos fuimos. Entiendo que la conversación se dio en inglés, un idioma extranjero para todos los participantes. Pero si son ese tipo de restaurante, por favor, mejoren las habilidades comunicativas de sus camareros con los clientes para que, incluso en inglés, puedan expresarse sin ofender a nadie. :)

Estuve hace poco y es espectacular,la comida ,el trato del personal el local etc a mí me an ganado seguro que volvere

¡Qué cena tan buena! Todo genial. Félix fue un anfitrión estupendo. Gracias, Lisa Negra, por hacernos el día maravilloso. ❤️❤️❤️

Desilusión sería la mejor descripción . Si tal vez no fuese con la expectativa de ser un Quique Dacosta ni el precio fuese tan alto, no hubiese salido con un sabor agridulce de allí . El ambiente y el servicio excelentes . En cuanto a la comida hubo cosas que me chirriaron. La gilda llevaba demasiada emulsión , a la berenjena le faltaba crujiente , a la ensaladilla caramelizada le faltaba ensaladilla o le sobraba caramelo, el socarrat no tenía tanta gracia y la raya frita estaba demasiado aceitosa y correosa . Me faltó equilibrio, sutileza . Para mi gusto obviamente . No es que no estuviese rico, es que no me pareció que estuviese a la altura de lo que se pretende. Me gustan más el resto de restaurantes de QdC.

El menú de temporada es espectacular. El servicio muy atento, sin llegar a molestar. El local está muy chulo, para mi es un plus que veas la cocina. Se come muy bien, de calidad y cantidad.

Todo 10 de 10 buen sitio tranquilo acogedor la comida muy buena un poco exagerado los precios pero en general está muy bien..

La comida es de buena calidad. El servicio es el esperado. Un lugar acogedor. Un lugar seguro y tranquilo para comer en una calle que normalmente es muy transitada.

Restaurante con ambiente elegante en pleno centro de Valencia, donde el producto de primera es el protagonista. La cocina es impecable y cada plato respira calidad y mimo. El servicio es muy amable, aunque con ese toque de “slow food” mediterráneo que te obliga a bajar revoluciones y disfrutar del momento. Ideal para quienes buscan comer bien y con calma, menos si tienes prisa.

Para comidas de mediodía no es recomendable reservar a las 15:00, llegamos a 15:08 y lo primero que te dicen es que la cocina cierra en 5 minutos. Las altas expectativas que teníamos, íbamos a celebrar y por recomendación de conocidos, se truncaron nada más sentarnos, ya que apenas tuvimos tiempo de leer la carta y teníamos la sensación de que todo iba a ser demasiado rápido, sin tiempo para el disfrute que perseguíamos. En cualquier caso, cuando expresamos nuestra sorpresa, el trato fue correcto y la comida bastante buena. Se agradecen las explicaciones de cada plato por parte del personal.

Aprovechamos un aniverario para probar el sitio, ya que era el único Restaurante de Quique Dacosta que no conocíamos. Pedimos el menú de temporada, compuesto por varios entrantes, un principal a elegir y. postres a compartir. Nos encantaron las croquetas de cecina y la tortilla vaga. De principal elegimos una fideuà marina, y he de decir que es la mejor que hemos comido nunca, y eso que somos de Gandia. De postre destacar la tarta de queso, hecha con un queso curado y que tiene un toque ligeramente salado. El servicio nos pareció impecable pero el local nos decepcionó un poco por lo pequeño y estrecho. Merece la pena aunque los 80 y tantos por comensal que pagamos nos parecieron excesivos para ser un menú tan limitado. En la relación calidad-precio, nos quedamos com Vuelve Carolina.