Lhardy en Madrid

Esta fue la cena más decepcionante de nuestro viaje. El ambiente era maravilloso y el servicio bastante bueno, pero la comida nos pareció realmente deficiente. Empezó genial, el consumo fantástico. Los entrantes estaban bien, caros, pero los platos principales estaban bien, aunque bastante malos. Pedí el Wellington, cuya corteza estaba pastosa por dentro y por fuera. Aunque la carne estaba bien hecha, estaba dura. Dejé casi toda en el plato. Las "patatas crujientes" que venían eran simplemente patatas fritas de bolsa. Mi compañero de cena pidió el lenguado al horno. Llegó y lo prepararon en la mesa unos 5 o 10 minutos antes de que llegara mi Wellington. Así que, para cuando ambos comimos, el pescado estaba helado. El puré de patatas que pedimos como acompañamiento venía en porciones de literalmente una cucharada cada una. Las tres estrellas en la calificación, o por el ambiente y el consumo, por lo demás, eran dos estrellas de principio a fin.

Como estaba solo y no quería subir a comer grandes platos de carne, pedí una ración fría de marisco en la barra. Es raro encontrar ostras y gambas sin nada de pescado. El sándwich de tinta de calamar se preparó al momento con tinta especial de calamar, junto con algunos postres y chocolate caliente. También quiero mencionar que puedes tomar la sopa caliente del cocido madrileño arriba; es un caldo fresco sin glutamato monosódico. Esta comida solo costó 50 euros, aunque la ración fría de marisco costó 25 euros, que fue un poco caro, pero valió la pena. Sin embargo, sentarse en la barra era un poco apretado e informal. Si quieres un asiento más cómodo, tienes que subir. El personal incluso puso la bolsa que venía con la ración fría en la caja de comida para llevar para que te la llevaras. En general, el sótano es adecuado para comida para llevar o para una o dos personas.

Lugar súper cuidado, precioso y muy acogedor. Pedimos el consomé y bueno sin palabras un sabor excelente, y también la croqueta de cocido muy rica. Recomiendo tomar el consomé sin chispa de jerez para que se note bien el sabor potente del caldo. Lugar para repetir sin dudarlo

Me fascina este restaurante, tiene historia, diseño, elegancia y estupendo servicio. Yo en realidad voy siempre a tomar un café y algún postre, que son TODOS deliciosos y de una calidad ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ ¿Es el lugar más económico? Claro que no, pero merece mucho la pena ir por lo menos una vez a conocerlo. Dependiendo la hora está más o menos lleno, para la zona de restaurante que se encuentra en la planta superior es necesario hacer reservación, en la planta inferior hasta llegar y tener paciencia o suerte.

Servicio y comida muy bueno pero como siempre,petado

Hemos estado cenando el jueves y la comida está muy buena. El servicio es amable y correcto, no obstante, es excesivamente lento. Igualmente volveremos, el salpicón de bogavante muy rico al igual que las croquetas de cocido. El goloso de chocolate, realmente es goloso :). No obstante, el olor que se queda a comida en la ropa es terrible de la cocina en vivo en sala.

Después de cocido para 4, veo que nos cobran pan y aperitivo x4, cuando no fue pedido. Si lo traen espontáneamente, se piensa que es atención del sitio. Habiendo gastado casi 380 euros, creo que el detalle se podría hacer tenido. Por lo demás, no tengo ninguna objeción

Excelente calidad y servicio implacable

Cada mañana mi esposa y yo caminábamos desde nuestro hotel hasta LHardy para tomar un par de americanos y un croissant de almendras. El gerente nos contó todo sobre la historia del edificio y fue muy amable. LHardy es mi lugar favorito en Madrid.

Este viejo y tradicional restaurante de Madrid, tiene una nueva vitalidad. Se trata de un sitio que merece dos estrellas Michelin. En la planta baja es un excelente lugar de tapas y postres, pero en el primer piso este famoso lugar que data del siglo XIX ofrece una gran cocina gastronómica. Fue toda una sorpresa. Comimos un mi marido un lenguado y yo un filete stroganoff stroganof de antología. De entrada pedimos salmorejo qué estaba delicioso. Buenos vinos de Rivera del Duero.