26/08/2025: Buen restaurante que pretende colocarse en un nivel mas alto de donde realmente se sitúa.
La atención de los camareros es muy buena, el ambiente es muy acogedor pero las mesas para dos son pegadas una con la otra casi que se puede compartir la cena con las personas al lado.
La calidad de la comida es alta pero la combinación de los platos no acaban de convencer, muchas expectativa pero poco resultado a nivel de sabor.
repetiría pero con cambio de carta.
14/08/2025: Bistró de estética nórdica (techos altos, luz tenue, ladrillo visto...) muy apropiado para cenas y de ahí su horario de apertura. Tiene dos ambientes, la zona de bar, en la entrada y la sala, a la que se llega tras pasar por un pasillo.
Se aleja de lo convencional pero derrapa con alguna de las propuestas (sigo en sock con el fuet). Abusa de los productos crudos y fermentados, no sin éxito, por lo que si buscas comer algo caliente, pasapalabra. La carta varía con frecuencia por lo que si acudís, tendréis que buscar vuestra propia aventura.
El trato podríamos decir que también en nórdico. Nuestra mesa, en la parte del bar, era bastante pequeña y “bailaba”. Pedimos dos veces que la calzasen, pero ni caso. Quizá era parte de la experiencia.
Gilda: Equilibrada y sabrosa. Buen inicio para entrar en materia.
🔴 Fuet, mantequilla de mostaza, pepinillos: Sinceramente, una decepción abosluta. Esperábamos algo más elaborado y no algo que cualquiera puede prepararse en su casa. La calidad o el sabor del fuet podría ser la excusa, pero no es el caso. La broma de la carta.
🟢 Corvina salvaje, salsa tatemada, kiwi: Interesante plato para quien busque algo diferente, eso sí, al ser crudo al tercer bocado puede llegar a cansar, por lo que aconsejamos pedir los platos para compartir.
🟡 Tartare de ternera, macha, cacahuete, pommes paille: Pommes paille... o dicho de otro modo, patatas paja. El plato sin más, pincatón y correcto, pero sin llegar a sorprender.
Mención especial para el baño. La visita al restaurante bien merece un lavado de manos ;)