La Vinoteca en Santander

Hemos venido unos días de vacaciones y nos habían hablado muy bien, habíamos querido venir a cenar pero estaban cerrados por mantenimiento, por lo que tuvimos que ir antes de volvernos, parecerá una tontería pero pese a que no íbamos nada arreglados ni elegantes (a diferencia del resto de comensales del restaurante) nos atendieron como atenderían a cualquier otra persona, con mucho mimo, esmero y atención (recalco que parecerá una tontería pero no lo és). Mi chica se pidió unas chuletas de cordero muy ricas y al punto perfecto en el que las pidió y yo aquí he comido la mejor carne que he probado nunca, me aconsejó uno de los camareros y no le puedo estar más agradecido. El servicio, tanto de los camareros como de quien parecía ser el encargado fue justo lo esperado. Volveremos a venir sin duda cuando volvamos por estas tierras de las que tan enamorados nos vamos. Muchas gracias por habernos dado la mejor comida que hemos probado en Cantabria.

Platos originales de muy buena calidad, si atención muy profesional, climatizacion adecuada

Mi experiencia en La Vinoteca fue muy buena y llevo deseando volver desde el mes de Abril que acudí por primera vez. En el momento en el que entré me dio una sensación acogedora. El local es luminoso, con mucho blanco en los muebles y en los detalles, lo que lo hace muy cómodo y agradable. Esa luz se combina con toques azules que me recordaron al mar y me parecieron un guiño muy bonito a la esencia de Santander. La atención de los camareros me sorprendió para bien. Estuvieron muy pendientes de nosotros, siempre con educación y amabilidad, preguntando en varias ocasiones si todo estaba en orden. Ese trato cercano hizo que me sintiera realmente cuidada durante toda la comida. En cuanto a la parte gastronómica, todo lo que probé me encantó. Elegí un arroz negro con tinta de calamar y estaba acompañado de alioli. Me resultó espectacular. Sabroso, bien elaborado y presentado con mimo. Para el postre me animé con un tigretón casero hecho en el propio restaurante, que fue un acierto total y me dejó con un sabor dulce y especial al final de la comida. Otro punto a favor es su ubicación. Está muy cerca del centro y del paseo marítimo, así que es fácil llegar andando y se encuentra rápido. Además, tiene dos plantas y también una zona de barra, lo que lo hace versátil tanto para una comida completa como para tomar algo más ligero. En resumen, este restaurante me pareció un sitio acogedor, con un ambiente cuidado, buena atención y una cocina deliciosa. Sin duda, repetiré en otra ocasión.

En pleno centro de Santander tienes esta joya gastronómica, Restaurante de visita obligada, comida de calidad, atención inmejorable y un ambiente fabuloso, visita obligada a La Vinoteca. Variedad de platos todos de calidad y una carta de vinos exquisita. Muy muy muy Recomendable.

Para mi el mejor restaurante de Santander, la atención es exquisita.

Buenísimo todo y buen ambiente para pasar con los amigos y la familia. Sin duda vamos a volver.

Una auténtica joya escondida en el centro de Santander. El servicio y la decoración del lugar son excepcionales. Los entrantes resultaron muy deliciosos; si algo destaco es el tartar, que lo preparan frente a la mesa mientras explican los ingredientes y conversan con el cliente. El ceviche, en cambio, me pareció algo escaso en cantidad, y los callos de “wagyu” saben igual que cualquier otro. En cuanto al local, tiene un gusto excelente en la decoración; lo único que cambiaría son los baños, ya que, para lo bonito que es el sitio, no están a la altura del resto.

La comida muy buena, todo lo qué probamos de calidad y muy bien cocinado. El servicio muyyy lento. El ambiente y el espacio bonito y acogedor.

Fuimos la familia a celebrar un tema familiar, y desde el minuto 1 fuimos tratados excepcionalmente. Mesa redonda, en una zona apartada, con mantel y siempre bien atendidos y asesorados. Gran calidad de genero, amplia carta, y los platos de calidad, y originalidad. Buena bodega y los postres están a la altura de la calidad de todo. Por último el Gin tonic exquisito...más no se puede pedir .gracias por ser tan buenos profesionales.

La calidad del producto, en gambones deliciosos, croquetas de "muerte", la elección marinera con una lubina asada deliciosa, bien marinada, y recalcando un servicio de camareros rallando la excelencia. Que decir mas: ambiente agradable y estilo arquitectónico luminoso.